LAS ULTIMAS DIEZ SEMANAS DEL MUNDO
El libro de Enoc, el Profeta, versión del texto etíope
de R.H. Charles.
Lo que digo a
continuación fue extraído del libro arriba indicado, y son las revelaciones de
Enoc, hechas a sus hijos, de lo que pasará
en el fin del mundo en las últimas diez semanas. Quiero corroborar lo que el Espíritu de Dios
me reveló a mí, en abril/2012, sobre el fin del mundo. Claramente me dijo:
cuando el pecado en la humanidad llegue a 10, vendrá el fin. Y como el pecado se
está sumando cada día más, esto sucederá hacia o antes del 2017.
Enoc era hijo
de Caín. Y a Enoc le nació Irad, que fue padre de Mehujael, y Mehujael fue padre de Metusael, y Metusael
fue padre de Lamec. Enoc, es descendiente de Set, los hijos de Lamec. Enoc tenía
65 años cuando nació su hijo Matusalén, y Matusalén tenía 187 años cuando nació
su hijo Lamec, y después vivió 782 años más, lo que en total Matusalén vivió 969 años. Lamec tenía 182 años cuando le
nació Noé. Después que nació Noé, Lamec vivió 595 años más y murió a los 777 años
(tiempo perfecto de Dios). El diluvio fue en el año 600 de la vida de Noé. El
mundo actual está reservado para ser destruido con fuego.
Enoc fue el
séptimo desde Adán, y caminó con Dios por 300 años. Luego ascendió al cielo sin
ver la muerte. Subió al cielo y le fue revelado todos los misterios de la
tierra y el cielo, viajando por los cuatro puntos cardinales de la tierra. Hizo
varias anotaciones donde revela su experiencia. Y en visión, antes de partir a
los 365 años de edad, los Santos Ángeles le hablaron de lo que sucederá al
final del tiempo:
Sí, Yo Enoc,
lo manifestaré (a ellos), hijos míos: según lo que me ha aparecido en la visión
celestial, y de lo que he sabido gracias a las palabras de los ángeles santos,
y de lo que he aprendido de las tablas celestiales. Y Enoc comenzó a hablar
según sus libros y dijo:
“Fui el
séptimo hijo y nací durante la primera semana, cuando aún perduraban la
justicia y el castigo. Después de mí, en la segunda semana, surgirá una gran
iniquidad, y manará la falsedad, y allí sucederá el primer fin, y allí se salvará
el primer hombre; y después que esto termine, florecerá la injusticia, y las
leyes se promulgarán en beneficio de los pecadores. Y después de la tercera
semana, cuando esta termine, se elegirá a un hombre para que sea la fuente del
juicio de la justicia, y sus descendientes se convertirán en la fuente de la
justicia para la eternidad.
Después de la
cuarta semana, al fin de esta, se verán las visiones de los santos y de los
justos, y para ellos se promulgarán leyes y normas durante todas las siguiente
generaciones. Y después de la quinta semana, al fin de esta se construirá la
casa del dominio y de la gloria para la eternidad. Y después de la sexta
semana, todos los que en ella vivan quedarán cegados, y los corazones de todos
ellos abandonarán impíamente la sabiduría, y en ese momento un hombre ascenderá
y a su lado, la casa del dominio arderá con fuego, y todas las razas de los
elegidos serán dispersadas. Y después durante la séptima semana, una generación
de apóstatas nacerá, y muchas serán sus acciones, y todas sus acciones serán
apostasía. Y al final de todo eso se elegirá al justo de la fuente eterna de la
justicia, para recibir siete veces las instrucciones referidas a toda Su
creación. La Única voz del Único Santo. Jesucristo.
LAS ÚLTIMAS TRES SEMANAS
Y después de esto
habrá otra semana, la octava que es la de los justos, y a estos se le entregará
una espada para que puedan juzgar a los opresores, y a los pecadores se le
pondrá en manos de los justos. Y a fin de esta semana conseguirán sus moradas
gracias a su justicia, y para gloria del Gran Rey se edificará una casa por los
siglos de los siglos. Y toda la humanidad seguirá la senda de la rectitud. Y
después durante la novena semana, el juicio de los justos quedará revelado para
todo el mundo, y todas las acciones de los impíos desaparecerán de la tierra, y
el castigo del mundo será la destrucción.
Y después, en la décima
semana de la séptima era, se celebrará el gran juicio eterno, en el que Él ejecutará
su venganza sobre ángeles. Y el primer cielo se partirá y desaparecerá, y nacerá
un nuevo cielo, y todos los poderes de los cielos emitirán una luz siete veces más
fuerte. Y después se sucederán muchas semanas incontables en la eternidad,
todas en la justicia y la bondad, y para nunca jamás se mencionará el pecado.
Cuando Enoc tenía
500 años, en el séptimo mes, en el decimocuarto día de ese mes de la vida de
Enoc, un poderoso temblor estremeció al cielo de los cielos, y los elementos fueron sacudidos. Las huestes
del Altísimo y los ángeles, y miles de multitudes innumerables quedaban
inquietas, llenas de desasosiego. Y la Cabeza de los Días estaba sentada en el
trono de Su gloria, y los ángeles y los justos
permanecían de pie alrededor de Él. Miguel le dijo a Enoc: Hasta ese día
ha durado Su misericordia, pues Él ha sido misericordioso y se ha compadecido
de aquellos que moran en la tierra. Cuando venga el día, el poder, el castigo,
y el juicio que el Señor de los Espíritu ha preparado para aquellos que niegan
el juicio justo, y para aquellos que toman Su nombre en vano, ese día está
preparado, para los elegidos, un pacto, pero para los pecadores una
inquisición. Y ese día se separaron los dos monstruos, uno femenino llamado “Leviatán”
que mora en los abismos del océano y sobre las fuentes de las aguas, y el
masculino “Behemoth”, que ocupa con su pecho un desierto baldío llamado “Diudain”,
que está al oriente del jardín donde moran los elegidos y los justos, y donde
mi abuelo fue elevado, el séptimo desde Adán, que es el primer hombre que creo
el Señor de los Espíritus.
El Libro de Enoc,
en todas sus versiones forma parte de los libros apócrifos, esto es, de
aquellos textos atribuidos a personajes ilustres más que a su verdaderos
autores (que normalmente son desconocidos) y que están excluidos del canon del
Antiguo y Nuevo Testamentos. Aunque no siempre fue así. Durante los primeros
siglos del cristianismo, los Padres de la Iglesia veneraron mucho el Libro de
Enoc. Y se consideró uno de los testigos de la “Revelación”, porque “ascendió
al cielo en una nube”. Sin embargo a finales del siglo IV, El Libro de Enoc se
consideraba herético y la ortodoxia lo condenaba. El texto original estaba
escrito en lengua semítica, probablemente en una mezcla de hebreo y araneo,
que, posteriormente se tradujo al griego. Este libro data de los siglos primero
y segundo antes de Cristo y su contenido se utilizó ampliamente tanto en los
Evangelios como en los Hechos de los Apóstoles, sobre todo en los títulos del Mesías:
Cristo (el Ungido), el Justo, el Elegido
el Hijo del Hombre. Enoc desapareció de la corriente principal del
cristianismo hacia el 500 d.C. y pasarían casi mil trescientos años más antes
de que el libro volviese y los eruditos pudiesen valorar de nuevo su
importancia.
Existió un libro
llamado “Libro de los secretos de Enoc”, que estaba circulando por Europa
oriental en una traducción al eslavo del siglo XIV. El texto original no se
conoce, pero se supone estaba escrito en griego.
Enoc fue el padre
del longevo Matusalén, y cuando aún vivía fue llevado al “Tercer Cielo” y le
fueron mostrados los secretos celestiales, de los cuales tomó notas. Viajó por
los siete cielos y se le mostró cómo funciona el tiempo, y donde muere. Los
libros de Enoc fueron apocalípticos judíos, esto es textos que proclaman
desvelar el futuro y revelar los secretos que están ocultos habitualmente al
ojo del hombre.
Estamos viviendo en
días proféticos. Tantos los que se mencionan en el Libro de Daniel y en
Apocalipsis. En la visión de Daniel, el Ángel
le dice: “Será por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo. Y cuando se
acabe de quebrantar el poder del pueblo santo, todo esto sucederá” (Daniel
12:7). Apocalipsis habla de la mujer encinta que huye al desierto, a un lugar
preparado por Dios, para que allí la sustenten durante 1260 días (Apocalipsis
12:6). Mil doscientos sesenta días, es igual a 70 semanas, a 490 años y a 180 días.
Eje: 70x7=490 años, 180x7=1,260 días. Un tiempo es igual a 360 días, dos tiempos es igual a 720 días, y medio tiempo,
es igual a 180 días. En total serian estas tres cantidades 1,260 días. Esto
significa que el mundo está viviendo la parte final del Apocalipsis. Nos
faltan menos de 1,260 días, porque un día para Dios es igual a 1 año. El conteo
regresivo será, cuando la iglesia católica emita el “decreto”, donde Dios probará
a todos los fieles e infieles. Los Ángeles le mostraron a Enoc que la misericordia
de Dios terminó cuando Enoc tenía 500 años.
En el séptimo mes y en el décimo cuarto día (14). Si estamos en el 2013 y le restamos los 500 años, el resultado seria
1,513, que suman 10 días en el calendario de Dios, que no es igual al del
hombre. 1,513 días menos los 1,260 días de las profecías, seria 253 días,
sumados es igual a 10. La matemática y el tiempo de Dios son infalibles.
Después que Enoc vio
todo y lo entendió, siete ángeles lo depositaron en frente de su casa para que
atestiguara todas estas cosas a su hijo Matusalén, y para que les mostrara a todos
sus hijos que nada que nazca de la carne es justo a los ojos del Señor, pues Él
es su Creador. Los ángeles le dijeron, te dejaremos un año con tu hijo, hasta
que les de tus (últimos mandamientos), para que así pueda enseñarlos a tus
hijos y anotarlos, y prestar testimonio de ellos ante tus hijos, pero en el
segundo año te separaran de ellos. Que tu corazón sea fuerte, pues el bien anunciará
la justicia de los buenos; y los justos se regocijarán con la justicia, y se felicitarán
los unos a los otros. Y en esos días dejaron de hablarme, me reuní con mi
pueblo, alabando al Señor del mundo.
Dios creo al hombre
y le dio el libre albedrío, y solo se puede conseguir la salvación eligiendo
las acciones justas, que están ejemplificadas en el Hijo del Hombre: solo los
justos verán la luz. La elección es nuestra.
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