sábado, 26 de octubre de 2013

LAS HUELLAS DE LA VIDA


La vida es como una sombra que pasa, una luz que se apaga, un día que termina, el aliento que se esfuma, y el principio de la creación divina. Es el comienzo de los días señalados cuando aún no existía ninguno de ellos, y se disipa como el humo en el aire. La Palabra de Dios es nuestra norma, y mientras estamos en esta tierra, somos llamados a dejar registrada nuestras huellas en el cielo, porque la vida no termina con la muerte; continúa en el cielo para los fieles. La muerte solo es una transición en la cual, la memoria del hombre es puesta en el olvido, pero es el final de nuestra obra, el cierre del telón, y donde se inicia el viaje a lo desconocido. No es un adiós definitivo, sino un hasta luego. La gran mayoría pasan por la vida sin saber que pasaron, porque no dejan ninguna huella; viven encerrados en un laberinto y nunca encuentran la salida. Muchos venden sus vidas por los aplausos, el dinero, la fama, frivolidades, vanidades, placeres etc., para satisfacer sus bajas pasiones y por las diversiones mundanas. Son almas que han sido compradas por Satanás a muy bajo precio. Todo lo que pertenece al mundo, en el mundo se quedará y toda alma que pertenece a Dios, a Dios volverá.

Mientras vivimos enfocados en Dios podemos tener grandes esperanzas, bendiciones y privilegios, porque fuimos comprados con la Sangre preciosa de  Cristo, el cual pagó un precio infinito para rescatarnos y darnos vida para la eternidad. Con su muerte pudo estampar nuestro sello en el cielo para que pudiéramos tener los valiosos tesoros celestiales. La vida no es simplemente respirar, caminar, reír o llorar. Somos criaturas muy valiosas para Cristo y  la verdad del Evangelio si no se practica, puede condenar el alma. Toda alma que se niega a escuchar las invitaciones de la misericordia divina, tampoco podrá escuchar las súplicas urgentes de Dios en los últimos tiempos, porque han sido cegados por los placeres del mundo y Satanás le ha endurecido el corazón. Debemos siempre recordar que no somos salvados por obras, sino por fe. No podemos decir simplemente que tenemos fe y creemos en Dios, sino vivir en el Evangelio de Cristo para ser justificados. Todos los que están íntimamente relacionados con Dios reconocerán su voz cuando Él les llame. Los que son espirituales discernirán las cosas espirituales. De nada sirve expresar una simple profesión de piedad y/o compasión, cuando no tenemos una relación viva con el Espíritu Santo de Dios.

La vida para dejar sus huellas, debe ir acompañada de profunda humillación, oración, humildad, respeto, obediencia y reverencia a Dios. Echando a un lado nuestro propio “Yo” y buscando fervorosamente al Señor. Entonces las almas se sentirán agradecidas porque cuando miramos a Dios con fe y confianza, Él nos señala nuestros errores. La indolencia y apatía hacia todo lo sagrado, es lo que distingue al mundo de hoy. Muchos no piensan que la vida pasará, ni recuerdan que han olvidado a Dios durante su peregrinaje. Debemos vivir en estrecha relación con Dios y con una estricta adhesión a la verdad de las Sagradas Escrituras, para poder hacer frente a las dificultades y presiones del mundo.

Ante el grado de depravación humana e iniquidad que vivimos, es necesaria y urgente la intervención de Dios en la humanidad, pero también es vital revisar nuestras vidas; ponerlas en un espejo y ver si tenemos el reflejo de nuestra imagen en él. Preguntarnos cómo estamos ante la presencia divina, y si hemos vivido conforme a lo que Dios requiere de nosotros. Tratar de mirar más allá, y ver donde estamos ubicados de acuerdo a la conducta que hemos desarrollado. Entonces sabremos si tenemos registradas en el cielo las huellas de la vida que Dios nos regaló. Debemos fusionar nuestro espíritu con la experiencia diaria de la vida, e infundir en nuestras mentes y en el corazón todos los preceptos divinos, y pelear la batalla del Señor. El mundo está agonizando, y la salud del planeta ha entrado en crisis, en su fase final de deterioro. Debemos tomar conciencia y tratar de salvar la vida, y no preocuparnos tanto por el planeta, porque estamos viviendo en la última generación. Cuando los impíos comiencen a sentir el remordimiento, anhelarán poder volver de nuevo al inicio de sus vidas para rectificar las decisiones equivocadas que han tomado, pero será demasiado tarde.

Ninguno de nosotros necesita esperar que lleguen las grandes pruebas finales para desarrollar un espíritu abnegado y patriótico para heredar el cielo. Dios nos ha revelado lo que es bueno y lo que es malo, cómo nos podemos salvar y lo que nos puede condenar. Dios honrará a todos los que ahora le honran. Debemos estar firmemente ligados y aferrados a las Leyes de Dios, aunque el mundo trate de anularlas. Ya los juicios del Señor están en la tierra, según se ven en tempestades, fuegos forestales, sequias, hambres, inundaciones, terremotos, tormentas, contaminación, raras enfermedades, peligros en la tierra y en el mar. Y “Yo Soy”, está hablando a aquellos que han tratado de anular su Ley, de cambiar lo que Dios santificó, por lo que la ira del señor será desatada sin que nadie la pueda frenar. A medida que nos acercamos al final de la historia del mundo, nos vendrán rodeando peligros cada vez mayores. La maldad de una forma secreta se está deslizando y por eso tenemos a diario explosiones llenas de violencia.

Es tiempo de estar unidos estrechamente con Dios, para estar protegidos y escondidos bajo Sus alas, cuando el ardor de su ira se derrame sobre los hijos de los hombres que aceptarán el último decreto global/ nueva orden mundial, que se dará en la tierra. Satanás se está disfrazando de ángel de luz para atacar al hombre y tratar de despojar a Cristo de su Gloria. Esto es imposible, y aunque aparentemente está ganando la guerra, la victoria será de Cristo. Uno de los grandes pecados que el hombre ha introducido al mundo y que afecta a gran parte de los seres humanos, ha sido desarrollado por los mismos hombres que profesan estar santificados y creen que también pueden santificar a otros. Sin embargo, muchos miembros de ellos están violando las Sagradas Escrituras, pasando a ser corruptos en su corazón y en sus vidas, porque no satisfacen las normas bíblicas. A pesar de sus elevadas posiciones en la iglesia de Dios, son extraños ante el pacto de la promesa de Jesucristo. Dios ha soportado su perversidad y no los ha derribado porque el tiempo aún no se ha cumplido y mientras tanto existe la posibilidad de que sean perdonados.

No podemos abusar continuamente de la tolerancia y la misericordia de Dios. Todo el que admite la verdad y declara creerla, pero vive en la injusticia, se entrega al servicio de Satanás. Son personas que tienen comunicación con los ángeles caídos, y reciben ayuda de ellos para obtener el dominio de las mentes de sus seguidores. Cuando el poder malévolo de Satanás domina a una persona, Dios queda olvidado, y en su lugar, el corazón se llena de propósitos corruptos, y las almas engañadas utilizan una licencia secreta y falsa, para practicar las verdaderas virtudes de Cristo que no pueden ser escondidas, dejando a la luz sus siniestros deseos. Cuando esto sucede, la mente está tan seducida que no puede razonar inteligentemente, porque siguen a hombres que han engañado al mundo inspirando una simpatía y confianza, como si fueran santos y abnegados siervos de Dios. Saber la verdad y callarla, es hacernos cómplices de la mentira, porque el que calla otorga.  

Muchos falsos profetas y/o hombres que dicen ser de Dios, se aprovechan de la confianza que la gente deposita en ellos y llevan las almas a la ruina. Pero serán más culpables ante Dios que un pecador común. Cuando llegue el gran día del Señor y se abra el gran Libro Sagrado que está en el cielo, la vida de cada uno de nosotros estará estampada en sus páginas con todos sus detalles. Los que en la tierra han sido venerados como santos, quedarán al descubierto y se conocerá la verdadera intención de sus corazones, porque pretendieron tener una gran pureza, pero se aprovecharon de su situación y posición para confundir las almas y hacerles transgredir la Ley de Dios.

Existe actualmente un aire de malos conceptos de la espiritualidad y nos hemos acostumbrado a respirar esta atmósfera de impureza. Hemos perdido nuestra identidad transformándonos en la sombra del enemigo. Es incalculable la degradación que sigue arrastrando al mundo de hoy. Todos sus habitantes nos hemos contaminado y pocos deciden optar por un arrepentimiento verdadero. Sus manos están vacías, y no tendrán frutos para llevar al árbol de la vida. Sin importar las circunstancias, la transgresión deshonra a Dios y resulta en una maldición para el hombre. Debemos apartarnos del seductor que profesa seguir a Cristo, pero no se adhiere a su Palabra. Todos pasaremos por el tribunal de Dios para revisar las huellas que dejamos durante nuestras  vidas.

Cuando entendamos y contemplemos este asunto a la luz que todavía resplandece a través del Espíritu, estaremos dando los primeros pasos para entrar en el mundo de la vida eterna, porque nuestros pies serán guardados de extraviarse en sendas prohibidas. Y nuestro primer trabajo será velar en oración como si estuviéramos en la presencia inmediata de Dios. Esto nos ayuda a no caer en la tentación y llevar hasta el final una vida pura, sin mancha ni contaminación. Nuestros caminos serán afirmados en Dios, y lo que empezó la Gracia de Dios cuando fue derramada, lo coronará la Gloria en el reino del Señor. Los frutos de la vida en el Espíritu son: amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, mansedumbre, y templanza. Contra tales cosas, no hay ley. Estas representan las huellas de la vida que todos debemos dejar impresas en nuestro tránsito por el mundo. ¡Alabado sea el Nombre de Cristo por todos los siglos, y bendita sea siempre su Palabra!. Amén.

 

lunes, 21 de octubre de 2013

MOMENTO DECISIVO


Dios invita a aquellos que conocen su voluntad, a ser hacedores de su Palabra, porque la debilidad y la indecisión provocan los asaltos de Satanás. Y los que permitan el desarrollo de estos defectos serán arrastrados a la oscuridad total. Todos necesitamos un guía para superar las estrecheces de la vida, para combatir las adversidades. Esta guía es la Sagrada Biblia, inspirada por Dios y escrita por hombres santos. Ella nos señala con gran claridad y precisión todos nuestros deberes como cristianos; además a través de su lectura podemos elevar nuestras mentes, enternecer el corazón, y recibir alegría y gozo del espíritu. La Biblia representa una norma del carácter de Cristo y una guía infalible de todas las circunstancias, que nos acompañarán aun hasta el viaje final de la vida.

Debemos aprovechar mientras podemos, todos los momentos que el Señor nos ha dado por medio de la gracia, para que el amor de Dios abunde, y día a día se multiplique en el alma, y poder alcanzar las altas normas que han sido reveladas en las Escrituras. Conocer el amor de Dios, para que seamos llenos de  toda su plenitud. No podemos permanecer quietos, cuando el tiempo apremia; debemos avanzar en el conocimiento espiritual de Dios y exhibir nuestros testimonios de la experiencia personal que hemos logrado en la vida cristiana. Todavía podemos buscar a Dios y ejercitar nuestras facultades en la buena dirección. El mundo vive en un estancamiento espiritual que no nos permite ver que estamos pasando por escasos intervalos de paz. El tiempo es oro y lo estamos dejando ir sin hacer nada para cambiar nuestro comportamiento y actitud hacia Dios.

Donde hay salud espiritual hay crecimiento, y cuando el amor de Dios es un principio vivo en el alma, hacemos la obra con disposición y responsabilidad. Cada día debemos aprender algo nuevo de las Escrituras, porque contienen las Palabras de vida eterna. Tenemos que orar al Espíritu Santo para poder entender los escritos sagrados. Sofonías 1:14 dice: “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy presuroso. Es amargo el día del Señor. Allí gritará el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y aflicción, día de ruina y desolación, día de tinieblas y oscuridad, día nublado y tenebroso”. Apocalipsis 22:12, nos recuerda que el Señor viene pronto, y su galardón con El, para darle a cada uno según su obra.

Debemos tener siempre presentes estas palabras, y obrar como quienes  verdaderamente creemos que la venida del Señor se acerca. Reconocer que somos peregrinos en la tierra y trabajar como agentes activos de Dios para que cada uno de nosotros tengamos entrada al reino del Padre, unidos por un mismo espíritu. Entonces seremos ciudadanos con los santos, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, teniendo como Piedra Angular al mismo Jesucristo. La separación de nuestros afectos a todo lo terrenal y corruptible nos ayuda a morar con Dios en Espíritu. El corazón carnal debemos crucificarlo porque tiende a la corrupción moral, y esto representa la muerte. Nada que no sea la influencia del evangelio de Cristo puede ayudar al alma.

Aprovechemos el tiempo de aparente libertad que vive el mundo para crecer en el espíritu, porque están por sobrecogernos tiempos que probarán las almas de todos los seres humanos. El hombre tendrá hambre de la Palabra de Dios, y no la encontrará. Todos los débiles en la fe y los que no han tomado la decisión de buscar al Señor no resistirán las pruebas de los días peligrosos que nos esperan. Debemos estudiar las serias verdades reveladas en Apocalipsis, porque todos en su momento necesitaremos un conocimiento inteligente de la Palabra de Dios. El estudio de la Biblia y la comunicación diaria con Jesús mediante la oración, nos darán fuerzas para subsistir en el día de fuego y tentación que ha sido anunciado. Todo el que tenga su vida unida a Cristo será guardado por el poder de Dios mediante la fe salvadora.

El tiempo está pasando velozmente y no estamos reflexionando en las cosas de Dios. Cristo dijo: “Escudriñad las Escrituras porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi”. “Sin embargo, no queréis venir a mí para tener vida eterna” (Juan 6:39-40). La obra de Satanás consiste en confundir al pueblo de Dios con sutileza y perturbar su fe. Pero debemos demostrar al creador por nuestra vida diaria que tenemos paz y reposo en Dios. Una vez que esa paz esté en el corazón, resplandecerá en el rostro. No podemos descuidar ni un solo instante la comunicación con Dios por medio de la oración y el estudio de su Palabra, porque estas son la fuente de su fortaleza. La comunicación con Dios nos impartirá elevación moral de carácter y modificará nuestra conducta.

Seamos solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, ya que el enemigo ejerce gran poder sobre las mentes que no están cabalmente fortalecidas en la oración y establecidas en la verdad bíblica. Satanás se está preparando para su última campaña contra la iglesia de Dios. Está tan oculto que muchos no pueden creer ni convencerse de que está realizando una gran actividad con su poder destructor. La serpiente antigua es considerada como un amigo que está haciendo una buena obra, pero obedecerá a los peores impulsos de su corazón, porque está bajo la influencia hechicera de Satanás, pero el mundo cree que Dios lo está conduciendo. La humanidad en su gran mayoría está cautiva de Satanás e inclinada a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. Espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra. Él sabe que la venida del señor está muy cerca y está resuelto a unir esfuerzos para vencerlo.

El momento de actuar es ahora. No seamos como los nueve ingratos que Jesús limpió de lepra y sus corazones no fueron conmovidos por la misericordia divina. Una vez sanos siguieron su camino y se olvidaron de Jesús. Dios es amor, y el cuida de todas las criaturas que formó. Si en la providencia de Dios somos llamados a soportar pruebas, aceptemos la cruz, y bebamos la copa amarga como la bebió Cristo cuando vino al mundo a sufrir por nosotros, recordando que es la mano de nuestro Padre que la ofrece a nuestros labios. Confiemos en El en las tinieblas como en la luz del día, porque nuestra tribulación será breve. Todos tenemos la salvación a nuestro alcance, solo tenemos que despertar, abrir los ojos y contemplar la realidad que tenemos de frente. La ignorancia voluntaria del tiempo en que vivimos hace peligrar nuestra vida cristiana, ciega el entendimiento  y corrompe las facultades más nobles del hombre.

Pronto han de realizarse cambios definitivos en el mundo que comprometen la salvación de nuestras almas. Y nadie podrá llevarnos al cielo si no hacemos por nuestra parte el esfuerzo necesario. Si hablamos de la verdad expresada por la Palabra de Dios y no la practicamos, de nada nos sirve. No podemos ver los planes divinos, sino esperar con paciencia que se revelen a su debido tiempo. Mientras tanto, busquemos la unidad, cultivemos el amor y la conformidad con Cristo en todas las cosas.  No es demasiado tarde para corregir los males, pero debemos apartar toda piedra de tropiezo y enderezar nuestros pasos. Todo ser que ama a Dios sabe que tenemos un cielo que ganar, y una senda abierta a la perdición que debemos rechazar. Nuestra única seguridad consiste en rendir obediencia a todos los requerimientos de Dios, en el poco tiempo que nos queda.

Ahora es cuando los fieles hijos de Dios debemos mostrarnos firmes a los buenos principios. Y permanecer de pie en defensa de la verdad y la justicia. La naturaleza humana va a ser restaurada y reconstruida; hecha idónea para la presencia de Dios. Cuando ese tiempo llegue será imposible volver nuevamente a tener pensamientos puros y conceptos claros de lo que Dios requiere de nosotros. El momento de cambiar es ahora, no perdamos la oportunidad. Es un momento que vale oro, es un caso de vida o muerte. Mientras Dios ofrece su misericordia con invitaciones de arrepentimiento, el Libro de la Vida permanece abierto. Pero cuando la cifra llegue a los días que Dios ha fijado al mundo, comenzará el ministerio de su ira. El Libro será cerrado, cesará  la paciencia divina, y su misericordia ya no intercederá en nuestro favor. El desprecio universal en que se tiene el Nombre y la Santidad de Dios induce a los que no aman al señor a perder la reverencia y respeto a su Ley.

Ya han caído sobre la tierra algunas gotas de la ira de Dios, pero cuando se derramen las últimas siete plagas en la copa de su indignación, entonces será demasiado tarde para arrepentirse y hallar refugio. No se adquiere de un momento a otro el valor, la fortaleza, la fe y la confianza en el poder de Dios para salvarnos. Es una experiencia que toma tiempo. Toda una vida de santo esfuerzo y de firme adhesión a lo recto. Proceso en el cual los hijos de Dios han tomado la decisión de sellar su destino al lado de Cristo. Todavía tenemos la oportunidad de pedir perdón a Dios, pero es un momento decisivo. Arrepiéntete!.

 

jueves, 17 de octubre de 2013

VERDAD SOBRE YMCA


YMCA, es un acrónimo que significa en inglés: Young Men’s Christian Asociation, y en español: Asociación Cristiana de Jóvenes. También es conocida como “La Guay”. Es un movimiento social juvenil de raíces protestantes extendido por todo el mundo. Fundado en Londres el 6 de junio de 1844 por Sir George Williams. A nivel internacional está integrado por más de 120 organizaciones nacionales autónomas repartidas por los cinco continentes, aunque con una implementación desigual. El mayor arraigo se da en países anglosajones, de cultura protestante y en los países donde han extendido su influencia ingleses y estadounidenses. En 1851 se crearon las primeras asociaciones americanas en Montreal y Boston, y en 1855 se celebró en Paris la primera convención internacional. El objetivo principal de esta asociación era el desarrollo integral de los jóvenes desde los ideales cristianos, para evitar la tendencia al juego y la bebida. En la actualidad, YMCA, es un gimnasio, que nada tiene que ver con este objetivo; muy alejada de las razones para la que fue creada.

George Williams, nació en Inglaterra, y desde muy joven se sintió desorientado frente a la vida. Siempre tuvo muchas inquietudes principalmente de orden moral y espiritual, las cuales le llevaron a unirse a los 16 años de edad, a una iglesia congregacionalista, tomando parte activa en ella, e iniciando un movimiento evangelizador con un pequeño grupo de compañeros de trabajo, celebrando en su “aposento” estudios bíblicos y meditaciones en común.  Tiempo más tarde se estableció en Londres y siguió la costumbre de invitar a sus reuniones a los jóvenes que más se acercaban a sus ideales religiosos. La reunión tenía como objetivo asentar una institución para que los jóvenes cooperaran para esparcir el reino de Dios y promover reuniones espirituales. Con el paso del tiempo hizo sentir a los demás su influencia cristiana entre los compañeros de trabajo, y los grupos cada vez más grandes, se reunían para la meditación y oración.

En esa época Londres presentaba un panorama urbano desolador, con altos márgenes de pobreza y miserables condiciones de vida, obligando a la gente a optar por diversiones frívolas, como el juego y la bebida, destacando un alto índice de niños desamparados viviendo bajo pésimas condiciones. Su meta era realizar una obra grande que debía ser llevada al conocimiento del mundo. Aunque encontró algunas oposiciones de dirigentes religiosos, esta asociación siguió desarrollándose exitosamente en sus actividades religiosas, culturales y sociales.

En 1844 esta organización quedó formalmente establecida, bajo dos resoluciones: “YMCA de todo el mundo sería una sola en sus principios y una sola en su funcionamiento, pero conservando la independencia de organización y forma de accionar”. Y la más importante: “Las asociaciones cristianas de jóvenes buscan unir aquellos jóvenes que, reconociendo al Señor Jesucristo como su Dios y Salvador, según las Sagradas Escrituras, desean ser sus discípulos en su fe, en su vida, y unir sus esfuerzos para extender el Reino entre los Jóvenes”. En otras palabras era una asociación fundada para buscar la hermandad mundial y unir a los cristianos de todas las confesiones, en un solo Dios, para que la juventud no se descarriara. Conducir a los jóvenes por el sendero recto, limpio de corazón y con las miradas puestas en Dios. Indudablemente fue un hombre usado por el Espíritu Santo. Y desde entonces, jamás se ha vuelto a dar entre los jóvenes, un reavivamiento espiritual tan importante y necesario, especialmente para los tiempos que vivimos.

Esta obra solo pudo ser exitosa por la honda convicción y fe cristiana que inspiraron la vida de George Williams, ya que la mitad de su sueldo lo destinaba a la ayuda de los necesitados y al desarrollo de la obra que se sentía motivado hacer. Era evidente que el Espíritu de Dios estuvo siempre presente en su vida, porque día a día en sus reuniones aumentaba el número de los convertidos. Su única preocupación era conquistar almas para Cristo, y siempre que le presentaban algún joven, le hacia la misma pregunta: ¿Conoces a Cristo? .Todo el tiempo dedicó su vida al servicio del Señor y al prójimo, sin importar los riesgos ni las oposiciones, siendo la tolerancia una de sus grandes virtudes. Dios conocía sus creencias cristianas y que su corazón estaba lleno de sentimientos puros de hermandad y amor a los demás. Es muy lamentable que hoy en día, de esta asociación solo quede el nombre. De una organización altruista de su fundador, que tuvo gran relevancia durante la Primera Guerra Mundial, pasó a ser una organización dedicada a actividades lucrativas. Y los jóvenes de nuestra sociedad se han desviado dedicándose a las drogas y alcohol, olvidándose de Dios, y cayendo en los vicios más abominables.

Por otra parte, la palabra “Guay” como también es llamada esta organización, es muy antigua, y es un adjetivo que expresa dolor, significa lamento, queja o amenaza. Cuando nos asustamos o estamos ante una situación de peligro o preocupación, generalmente exclamamos: ¡Ay!, ¡Ay Dios mío! Dice el Señor refiriéndose al día de su venida: “Entonces será el llanto y el crujir de dientes”. En la Biblia (Mateo 23:13-29), se mencionan los ocho “ayes” contra los fariseos, que identifican a los que en estos tiempos no creen ni tienen fe. Desde el siglo XX, la palabra “Guay” adquiere otro significado, porque coincide fonéticamente con “gay”, que significa divertido, brillante.
La palabra “gay” es de origen inglés, y forma el acrónimo “good as you” (bueno como tú). Recordemos que en este mundo no hay ni uno solo bueno, porque bueno solo es Dios. Y estos son los grupos de jóvenes que componen mayormente la sociedad de hoy, porque son incontables los que ahora dicen ser “gay” o “lesbiana”. Otros dicen sentirse atrapados en un cuerpo que no es de ellos. La generación del mundo moderno ya no sabe que sexo tienen. Dios los crea varón o mujer, y ellos deciden cambiar, como fue el caso reciente del niño de Argentina que nació varón, pero expresó, aun siendo menor de edad que quería ser niña, y se le otorgó su registro de nacimiento nacida como mujer, siendo el primer caso en el mundo. Este hecho se catalogó como un gran avance al respeto de los derechos humanos y a la libertad.

Cabe señalar que Argentina, el 15 de julio del 2010 fue el primer país de América Latina que aprobó el matrimonio gay. Dato curioso: el santo padre de la tierra, que está sentado en la silla que nunca usó el Apóstol Pedro, y en la que los católicos dicen que Cristo fundó la iglesia verdadera, es de Argentina, donde el catolicismo romano es la religión oficial de la República. La Santa Sede y la Argentina tienen firmado un concordato que regula las relaciones entre el Estado y la Iglesia católica, con un estatus jurídico diferenciado respecto al del resto de iglesias y confesiones. Aunque hay libertad de culto, el gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano. En la actualidad son catorce (14) los países que han legalizado el matrimonio homosexual, siendo el primer país en el mundo Holanda, aprobado en septiembre del 2000. Notemos que desde el 2000, el mundo está arropado por una ola gigantesca de depravación, muertes, crímenes, violaciones, odio, inmoralidad, prostitución infantil, tráfico humano, violencia escolar, frecuentes conflictos políticos entre las naciones, y desastres naturales inesperados. Dios habla, pero muy pocos escuchan. Cristo es la muerte del Anticristo que esta reinando en el mundo.

Actualmente los jóvenes viven sumergidos en los placeres del mundo, sin darse cuenta que han sido atrapados por Satanás. Dios prohíbe el homosexualismo, porque pecamos contra nuestro propio cuerpo. A medida que pasa el tiempo Satanás cambia todo lo que puede identificarlo, confunde principalmente las mentes de los jóvenes para que  experimenten  todo lo prohibido por el  Señor, provocando una muerte espiritual y desobediencia a las Leyes de Dios. Y la proliferacion de homosexuales sigue creciendo. Por eso ninguna persona desviada sexualmente busca a Dios, ni estudia la Biblia. Dios hace a los seres humanos genéticamente diferentes, con cromosomas XX  para la mujer y XY para el hombre. Ninguna persona aunque nazca con los dos sexos puede al mismo tiempo ser hombre y mujer. Esta posibilidad no existe en la natural creación de Dios, y se debe optar en estos casos por las características anatómicas del bebe. Uno de los dos sexos estará desarrollado completamente y el otro no. No podemos trabajar internamente en la creación de Dios, ni alterar lo que El hizo con sus propias manos.

El hombre puede cambiar su exterior, pero nunca la creación original. Aunque Alemania todavía no ha aprobado el matrimonio entre homosexuales, a partir del 1 de Noviembre/2013 entrará en vigencia la ley del “tercer género”, en la que los padres pueden inscribir a sus criaturas al nacer, con un género indefinido. El mundo todavía no entiende que Dios es el que nos crea y registra nuestro sexo en el cielo sin posibilidad de error. Pero Satanás trata de dañar su obra, durante el desarrollo del feto cuando alcanza el cuarto (4) mes de gestación. Mes en que los genitales adquieren sus características sexuales. Ya he dicho en otros artículos, y en mis libros, que el 4 es el número que identifica a Satanás.  En 1 de Corintios 6:9 dice: “No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, heredarán el reino de Dios”. La Palabra de Dios será cumplida y muy terrible será el final del que no la crea.   

El logotipo de la organización YMCA está formado por un triángulo que representa la equidad y el equilibrio que deben tener los jóvenes, entre el espíritu, la mente y el cuerpo. Particularmente el logotipo de Argentina está constituido por un círculo colorado con una P y una X, simbolizando la Eucaristía Cristiana. En el centro del triángulo se puede observar una Biblia abierta con la cita de Juan 17:21, que invita a la unidad fraternal entre los seres humanos, Cristo y Dios. Una realidad que está muy lejos de ser, porque es demasiado tarde y la hora cero casi ha llegado. La cita de Juan 17:21 se refiere a la oración que Jesús hizo al Padre por los discípulos y creyentes, y dice: “Para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y Yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”. Zacarías 11:7-10 habla de la Unión y la Gracia, ambas representan dos piedras (cayado), piedras que el Señor ha destruido porque vivimos en desunión y la Gracia significa el pacto eterno que Dios hizo con su pueblo, que ha sido quebrantado. La Unión y la Gracia representan el amor de Cristo.

Nada sucede por casualidad, y el círculo que representa la tierra realmente se está cerrando y caerá en el fuego. X y P es un monograma formado por las letras griegas X y P, que son las iniciales del nombre “Xpioto’c”, que significa Cristo, Ungido, Mesías, que en la actualidad pocas personas y/o iglesias están esperando su regreso; no confían ni creen que Cristo volverá por segunda vez. El nombre de Cristo en números romanos significa X=10, I=1, las demás letras no tienen ningún valor numérico. Anticristo significa el que sustituye o se opone a Cristo. En griego: Avti-Xpioto’c. Lo que en números romanos seria: Avti: V=5, I=1 y Xpioto’c:  X=10, I=1, sumados entre si es igual a 17.

Dios nunca miente, y todo lo que hace es por amor a la humanidad, pero sobre todo por los que esperan con fe, porque sin fe es imposible agradar a Dios. El Espíritu Santo en el 2012 me reveló que la segunda venida de Cristo será antes del 2017, aunque no me especificó hora, ni día, porque su Palabra dice que nadie sabe el día ni la hora. Solo me pidió que diera este mensaje al mundo para que busquen el arrepentimiento, porque la mayor parte de la humanidad está perdida, y El vendrá cuando menos lo esperemos, y a la hora que no sabemos. Lamentablemente este mensaje fue rechazado por la iglesia, y algunos ancianos de la misma dijeron que yo estaba loca, que el Señor no me pudo decir eso.  Yo sostengo mi palabra, porque no son palabras mías, sino del Espíritu de Dios que permaneció en mí por 21 días, lo que me hizo sentir muy privilegiada, sin importar que no me crean. El Señor sabe que yo obedecí a su mandato y que por otros medios he tratado de dar su mensaje. Vienen tiempos peores a los que estamos viviendo actualmente, y solo refugiándonos en Dios estaremos seguros. ¡Ojala que muchos se preparen espiritualmente para este último éxodo de la tierra, y que el Señor tenga misericordia del incrédulo e impío!. Amen.

lunes, 14 de octubre de 2013

LA LEY CELESTIAL


La Ley de Dios, fue revelada al mundo hace miles y miles de años, después que el pueblo de Israel cruzó en seco el Mar Rojo, pero ya existía desde Abrahán. Dios escribió con su dedo, en el Monte Sinaí, los Diez Mandamientos, para que cada uno de ellos sea cumplido por el hombre. Se los entregó a Moisés en dos tablas, para que los diera a conocer al pueblo israelita, y los podemos encontrar registrados en las Sagradas Escrituras (Éxodo 20). El Señor dijo a Moisés: “Me voy a presentar en una densa nube, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y para que siempre te crean”. El Señor descendió en fuego sobre la cumbre del monte Sinaí, y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía fuertemente. El pueblo se atemorizó, porque mientras Dios hablaba con Moisés, todos veían y oían  los truenos, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba. Y temblando de miedo se mantuvieron lejos. Moisés calmó al pueblo diciéndoles: “No temáis. Dios vino para probaros, y para que su temor este en vuestra presencia, para que no pequéis”.

El Señor dijo a Moisés; “Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra con la Ley y los Mandamientos que escribí para instrucciones de ellos”. Cuando Moisés subió al monte, una gran nube cubrió el monte durante seis días, y en el séptimo día el Señor llamó a Moisés desde la nube., Y la gloria del Señor reposó sobre el monte Sinaí. Moisés entró en la nube y subió al monte, y estuvo en el durante 40 días y 40 noches. El Señor dio instrucciones a Moisés de todas las leyes por las que el pueblo se debía regir y de la construcción del Arca del Pacto que debían hacer, donde serían colocadas las dos tablas de los Mandamientos.

Es importante notar que el Señor dijo a Moisés: “Di a los israelitas: “Guardad mis sábados, porque el sábado es señal entre vosotros y yo por vuestras generaciones para que sepáis que Yo Soy el Señor que os santifico”. “Por eso guardad el sábado, porque es santo para vosotros. El que lo profane, morirá. Todo el que haga algún trabajo en él debe ser exterminado de su pueblo. “Guardarán pues el sábado los israelitas, celebrándolo de generación en generación, por pacto perpetuo. “Es señal para siempre entre los israelitas y yo, porque en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó” (Éxodo 31:12-17). Algunas personas leen estos versículos y llegan a la conclusión de que el sábado solamente lo deben guardar los israelitas, y no se dan cuenta que el cielo y la tierra fueron hechos para el hombre, sin distinción de raza, lengua o religión.
Este es un pacto eteno/perpetuo, entre Dios y el hombre porque todo el que no es israelita y todavía está en el mundo, es parte de la generación humana, por lo tanto la Ley es para todos. Las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. Si el sábado no fuera un pacto perpetuo, entonces, por qué Jesús  nos dice: “Mirad que nadie os engañe”. Y refiriéndose a la tierra nueva nos revela: “Y de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrán todos a adorar ante mí. Y saldrán y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí. Los  gusanos que los coman, no morirán; y el fuego que los devora, no se apagará. ¡Serán abominables a toda carne!.

La Palabra de Dios también nos advierte: “Se levantarán muchos falsos profetas, y engañarán a muchos’. “Y por el aumento de la maldad, el amor de la mayoría se enfriará”. “Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo”. “Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin”. “Orad que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado”. “!Ay de las que estén encinta y de las que críen en esos días!.”. “Porque habrá entonces una gran tribulación, como nunca hubo desde el principio del mundo, ni habrá después”. “Y si esos días no fuesen acortados, nadie se salvaría. Pero por causa de los elegidos, aquellos días serán acortados”.

Cuando Moisés llegó al campamento después de hablar con Dios, el pueblo estaba adorando un becerro de oro como a un dios, y lleno de ira arrojó las tablas de sus manos y las quebró al pie del monte. El Señor dijo a Moisés: “Al que peque contra mí, a ese raeré de mi  Libro”. Y el Señor hirió al pueblo con una gran plaga, por lo que habían hecho al adorar el becerro. Nuevamente, el Señor renovó el pacto de los Diez Mandamientos, exactamente igual a lo que había escrito en las primeras tablas, por lo que la Ley de Dios está vigente hasta que El regrese por segunda vez. Somos justificados por hacer las cosas correctamente como Dios quiere, al obedecer sus Mandamientos y Sus Leyes.

El primer mandamiento de Dios nos habla del amor y la lealtad, de que no podemos tener otros dioses ajenos, porque  Él es el Señor Nuestro Dios, que sacó al pueblo de la esclavitud para darles  la libertad. Dios nos prohíbe en el segundo mandamiento la adoración a las imágenes e inclinarnos hacia cualquiera de ellas. En el tercero nos pide que respetemos su Santo Nombre y que no lo tomemos en vano, lo que indica que debemos ser reverentes y respetuosos ante el Señor. Dios nos instruye acerca del cuarto mandamiento, y nos insta a “recordar” el sábado y también a santificarlo. El Señor espera que continuemos observando el sábado como su día santo por la eternidad, porque fue el séptimo día que el descansó de la creación.
Recordemos cuando Israel, desde antes de llegar al Monte Sinaí, durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto fue alimentado con el maná que caía del cielo. El Señor decretó que el pueblo diariamente saldría a recoger el pan del cielo y juntaran la porción para cada día, para probar al pueblo y saber si andaban en su Ley o no. Pero el sexto día debían tomar una doble porción para el sábado, porque el sábado no caería pan, para que el pueblo pudiera descansar el séptimo día. Algunos no obedecieron, y cuando recogían durante la semana una doble porción, la que no usaban se podría y creaba gusanos. Pero la porción recogida el viernes para comer el sábado no se pudrió ni se agusanó. Otros salieron en sábado a recoger el pan y no lo encontraron.

La obediencia a nuestro Padre Celestial es indispensable para que podamos recibir bendiciones. Por eso el quinto mandamiento se refiere al respeto y obediencia que les debemos a nuestros padres terrenales. Debemos honrar y mostrar amor a nuestros padres, porque ellos tienen autoridad sobre los hijos, por ende Dios tiene autoridad sobre todos y debemos también rendirle honra. Dios también nos manda a respetar la vida humana, demostrar el amor a nuestro prójimo, no el odio; no cometer homicidios como hizo Caín con su hermano. También nos manda a ser puros en nuestras relaciones de parejas, y no cometer adulterio, porque la Biblia identifica el adulterio como pecado. Dios nos instruye en su Ley, a no robar, a ser honestos con nosotros mismos y con los demás. A no mentir y engañar, a ser sinceros, porque Jesús declaró a Satanás como  “el padre de la mentira”. Recordemos que la primera mentira se dijo en el cielo cuando Satanás le dijo a Eva “No moriréis” si comen del árbol prohibido, sino que serán  igual a Dios en sabiduría.  

La Codicia es otro de los Mandamientos de Dios que se ha violado desde la antigüedad. Y esta nos puede atrapar y llevar a cometer un pecado aun mayor, ya que por la ambición de tener riquezas, o por envidiar lo que otros poseen, se puede llegar a matar. Los Mandamientos y la Ley celestial son los principios de la vida de todo ser humano. Y quebrantarlos significa caer en pecado. El Señor nos juzgará a todos: los que guardan su Ley son los justos; y los que la quebrantan a sabiendas son los llamados pecadores y malvados. No podemos vivir en la ignorancia y tomar la Ley de Dios como un juego, porque el propósito de Dios es salvarnos, pero debemos obedecer y deleitarnos en Su Ley. Seremos bienaventurados si lo hacemos.
La Palabra de Dios dice: “Porque cualquiera que guarde toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Por consiguiente, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley”. “Os aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra, ni un punto de la Ley perecerá, sin que todo se cumpla. Por lo tanto, el que viole uno de esos Mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será en el reino de los cielos. Pero el que los cumpla y los enseñe, ese será grande en el reino de los cielos”.

Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis Mandamientos”. Lo que significa que todos los Mandamientos de Dios están basados en el amor, y este debe movernos a saber la verdad acerca de la Ley y obedecerla. Jesucristo murió por amor para que pudiéramos salvarnos. La justicia de Cristo y del Espíritu Santo dentro de nosotros nos da fuerzas para caminar de acuerdo a los principios de Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor y el carácter de Cristo es revelado en la Ley de Dios. La acción que se requiere de parte de nosotros es abrir nuestros corazones y permitir que Dios derrame Su amor mediante el Poder del Espíritu Santo. ¡Ojala que muchos se decidan a hacerlo!.

Si tú de mañana buscas a Dios, y ruegas al Todopoderoso, si eres limpio y recto, en seguida el Señor se despertará en tu favor y restaurará tu merecido lugar. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande. Amen.

 

 

 

jueves, 10 de octubre de 2013

MARAVILLAS DEL CREADOR


La UNESCO, es una organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Es un organismo especializado del Sistema de las Naciones Unidas (ONU). Creada poco después de la Segunda Guerra Mundial para promover los valores de respeto universal por la justicia, el cumplimiento de la ley de los derechos humanos, y las libertades fundamentales que la Carta de las Naciones Unidas reconoce a todos los pueblos sin distinción de raza, sexo, idioma o religión, pero en la práctica no funciona. Su principal objetivo es contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad en el universo. Cabe señalar, que la paz, el respeto, la seguridad, la justicia y los derechos humanos, ya no existen en el mundo. Una de sus funciones es la transferencia y el intercambio de los conocimientos, basados primordialmente en la investigación, la capacitación y la enseñanza. Sus oficinas principales están en Paris y funcionan mediante contribuciones hechas por los Estados Miembros y Miembros  Asociados, a nivel internacional, con un  presupuesto de varios millones de dólares.

La UNESCO se fundó el 16 de noviembre de 1945, pero entró en vigor el 4 de noviembre de 1946. Desde hace casi 68 años, esta organización ha tratado de establecer la solidaridad intelectual y moral de la humanidad, para impedir que se desencadene una nueva guerra mundial. ¿Ha logrado su objetivo?, mi opinión es, no, porque el hombre se ha dejado seducir por las riquezas y vive corrompido moralmente. Las naciones se han puesto de acuerdo para legalizar la inmoralidad, como ha sido, entre otras cosas, permitir el matrimonio entre personas homosexuales, degradando la institución familiar establecida por Dios, ya que el matrimonio era un acto que se realizaba por amor, y el amor representa a Dios. La creación del hombre es tan perfecta, que no existe posibilidad alguna de que dos hombres al unirse sexualmente puedan concebir una criatura. Esto no significa ser solidario, más bien significa apoyar los actos aberrantes del ser humano, por los que la humanidad  va a ser castigada. Podemos estar tranquilos, porque no habrá una tercera guerra mundial. Dios está sentado sobre la redondez de la tierra y las naciones para El son como una gota de agua. Solo tiene que mover un dedo para eliminarlas, y es lo que está haciendo a través de la naturaleza, y de acuerdo a su voluntad, hasta que llegue la hora final, porque cada quien recibirá lo merecido de acuerdo a sus obras.
También la UNESCO es la entidad encargada de declarar como Patrimonio de la Humanidad a sitios de importancia cultural o natural que existen en el mundo. En el 2007, una empresa privada llamada New Open World Corporation realizó un concurso internacional para elegir las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Las ganadoras fueron: Chichen Itza-Mexico, Coliseo de Roma-Italia, Estatua Cristo Redentor-Brasil, La Gran Muralla China-en China, Machu Pichu-Peru, Ciudad Petra-en Jordania, y El Taj Majal-en India. A excepción de la estatua del Cristo Redentor, todas las demás maravillas ya han sido reclamadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, Cristo es el verdadero Redentor del mundo, y Su Patrimonio es la humanidad entera. A pesar de que esta estatua que representa  la imagen de Cristo, se inauguró en 1931, a sus 82 años de exhibición permanece igual, sin que el tiempo y la evolución silenciosa de la naturaleza hayan dejado sus huellas. No sucediendo así, con las demás obras que han sido declaradas maravillas del mundo antiguo y moderno, que todas han necesitado ser restauradas, sin incluir a las Pirámides de Guiza-Egipto, que es la única estructura de la antigüedad que se mantiene intacta, sin que el hombre haya podido descubrir cómo fueron construidas y los misterios que guardan. También  han  sido reclamadas como Patrimonio de la Humanidad.

Sin importar los conocimientos artísticos, culturales e intelectuales que una persona pueda tener, es obvio que todos podemos admirar las maravillas de la creación de Dios, a través de la naturaleza y de la creación del mismo hombre. Todo lo que el ser humano hace, descubre e inventa, es por voluntad divina, pero nuestra inteligencia y capacidad está limitada para explorar y descubrir lo que todavía Dios no desea revelarnos. El Señor hace grandes cosas que nosotros no entendemos, pero todos podemos admirar Su obra. Él es excelso en poder y nadie le prescribió su camino; ni siquiera se pueden contar el número de sus años, pero él sabe la edad de todos y conoce nuestro camino. Debemos engrandecer y alabar su obra; tomar tiempo para meditar y entender que no fuimos formados por la evolución animal, porque el ser humano tiene raciocinio, y los animales no. Dios los privó de sabiduría y no le dio inteligencia, tampoco les permitió hablar, porque la lengua es castigo del cuerpo.

Dios no estima al que se cree sabio, porque el hombre habla palabras sin sabiduría. De lo contrario podríamos saber cómo se extienden las nubes, y por qué  Dios suelta el relámpago por el cielo y su luz alcanza hasta el extremo de la tierra. Podríamos saber por qué desciende la nieve, los aguaceros, y las aguas se congelan. El sabio ya supiera como frenar los desastres naturales que ocurren en la tierra y como detener el tiempo, como evitar la vejez y destruir la muerte. Las Maravillas de Dios son perfectas en sabiduría, porque el extendió el cielo firme como un sólido espejo, y ninguno estaba presente cuando El fundaba la tierra; nadie sabe cómo están fundadas sus bases y desconocemos su anchura. Tampoco sabemos cuál es el camino a la morada de la luz, y donde está el lugar de las tinieblas, para que podamos llevarla a sus límites. No sabemos dónde están los depósitos de la nieve, del granizo, ni por qué camino se reparte la luz y se esparce sobre la tierra. Nadie ha podido descubrir donde muere el tiempo que va pasando y como se produce el viento. Ningún sabio conoce los secretos del Sol, la Luna y las Estrellas; su horario, orden de salida, organización y de donde proceden su luz. No conocemos donde están las fuentes del mar, ni podemos escudriñar lo recóndito del océano.

La Creación de Dios está sincronizada. El conoce las leyes de los cielos y fijó su dominio sobre la tierra. Ordena a  los relámpagos para que salgan sin mostrarnos su camino, le dio sabiduría a las nubes, entendimiento al meteoro, hace descender las gotas del rocío, y saca a su hora las constelaciones del cielo. Con su voz hace que las nubes se inunden de agua, haciendo llover sobre la tierra deshabitada y sobre el desierto, donde no hay hombre, para saciar la tierra sin cultivo, y que pueda brotar la  hierba. Controla la cantidad de agua que baja del cielo. Provee alimento a las aves, los peces y los animales silvestres sin que tengan que trabajar, y fija el tiempo de reproducción y existencia de todos los seres vivos: hombres, animales y plantas.

El Sistema establecido para mantener a todas las Naciones unidas en hermandad se ha fragmentado en pedazos tan pequeños que es imposible repararlo. El hombre cada día es más ignorante, porque no asimila la realidad del tiempo; el nivel de pobreza mundial es alarmante, la inseguridad social, económica, la tiranía de los gobiernos, la lucha de poder, los conflictos religiosos y la decadencia moral, nos han arrastrado a vivir en un mundo caracterizado por la violencia y el egoísmo. No fuimos creados para vivir eternamente en la tierra, por eso no importan los millones que se inviertan para contribuir a la paz. Es un dinero echado a la basura cuando la humanidad sufre de hambre y desnudez, envuelta en la maldad de sus habitantes. El universo entero de todos modos perecerá. No es una casualidad lo que estamos viviendo, todo ha sido anunciado por la Palabra de Dios.

El Todopoderoso es inalcanzable, grande en poder. Sin embargo, no pervierte el juicio ni la injusticia. Justamente cuando el mundo está encerrado en una total incertidumbre, en el 2012 se le otorga el Premio Novel de la Paz a la Unión Europea, donde se le reconoce su labor de reconciliación, democracia, y el fomento de la paz a nivel mundial. Este año 2013, también se premiará  a la paz, cuando no existe ninguna paz en el mundo. La Palabra de Dios nos revela lo que estamos viviendo: “Oiréis guerras y rumores de guerras. “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Y habrá pestes, hambres y terremotos en diversos lugares.” “Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:6-7).

En la actualidad el hombre no logra vivir en paz con su semejante, y aun los gobernantes tienen muchos desacuerdos entre ellos mismos, afectando con sus rivalidades y malas decisiones a todo el país, porque sus conciencias no son sinceras ni son honestos. Cabe notar la situación por la que está pasando la nación con el cierre parcial del gobierno federal por opiniones divididas con los miembros del Congreso. Las naciones no pueden estar unidas porque todas se han olvidado de que Dios existe, y que está vivo observando nuestras malas obras. Los gobiernos han puesto en primer lugar las leyes del hombre y se han olvidado de las Leyes de Dios. Muy pronto el Señor será Rey sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será uno, y uno su Nombre. Toda la tierra se volverá como una llanura, y Dios salvará a los elegidos. Dice la Palabra de Dios: “Todo reino dividido contra sí mismo, queda desolado. Toda ciudad o casa dividida contra sí misma no puede subsistir”. “El Señor dice: “El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. “Mi mano hizo todas las cosas, por eso existen. Y yo estimo al humilde y contrito de espíritu, que se estremece ante mi Palabra”.

Así dice el Señor Todopoderoso: “Aun vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades e irán de una ciudad a otra para implorar el favor de Dios. Vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar la intercepción divina. Hombres de todas las lenguas de las naciones, asirán el manto de un judío, y le dirán: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios esta con Vosotros”, porque los ídolos hablan engaño. Los adivinos han visto mentira, cuentan falsos sueños y dan vano consuelo. Por eso el pueblo vaga como ovejas oprimidas por falta de pastor. “Por tanto, no tendré más piedad de los habitantes del país---dice el Señor-----porque yo entregaré a cada cual en mano de su compañero y de su rey. Devastarán el país, y yo no los libraré de sus manos. Amad, pues, la verdad y la paz. ¡Confiad en el Señor, porque solo Él tiene el Poder!.

 

lunes, 7 de octubre de 2013

COMO SABER SI SOMOS JUSTOS


           "El orgulloso no es recto en su interior, pero el justo vivira por la fe".
                                                    

Todos somos pecadores, y todos vamos a morir tarde o temprano. Unos podrán contemplar la majestad de Dios en la segunda venida de Cristo, y otros estarán descansando en los sepulcros cuando esto suceda. La paga del pecado es la muerte; pero mientras unos mueren en Cristo para ser resucitados y santificados, otros mueren en pecado sin haberse arrepentido, y resucitarán para ser condenados, porque todos tenemos que pagar por lo que hemos hecho. Dice la Palabra de Dios, que cuando Cristo venga, todo ojo lo verá, aun los que le traspasaron. Esto significa que todos los justos que escuchen el llamado del Señor por sus nombres resucitarán primero; despertarán del sueño y saldrán de sus tumbas. Los justos que estén vivos, serán transformados antes de ascender al cielo como lo hizo Jesucristo.

En ese momento los perdidos o los impíos que estén vivos, verán su triste final y reconocerán todo el mal que hicieron durante sus vidas. Entonces será imposible buscar el perdón y el arrepentimiento. Dice la Palabra de Dios: ¡Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección!. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él durante los mil años. De acuerdo a las Sagradas Escrituras, habrá dos resurrecciones y dos muertes. Después de mil años (10 años en nuestros tiempos), la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén será establecida definitivamente en la tierra después que sea limpiada y restaurada, porque “Dios hará nueva todas las cosas” (Apocalipsis 21-5). Mientras tanto, la tierra estará en ruina, con todos los cadáveres de los perdidos esparcidos como estiércol, porque no habrá quien los llore, ni quien los entierre, y Satanás estará solo, encadenado, sin encontrar a quien tentar.

Para evitar pecar, debemos entender lo que es el pecado: Esta palabra para Dios, significa transgresión y/o violación de la Ley, cuya consecuencia es la muerte. En la tierra existen leyes que nos regulan: leyes de tránsito, inmigración, leyes federales, estatales, morales, sociales, etc. Para dar un ejemplo sencillo, hago referencia a los letreros que están en los parqueos públicos donde se indica específicamente que están reservados para las personas con algún tipo de impedimento. Estacionarnos en esos parqueos sin estar autorizados, implicaría pagar una multa de hasta 250 dólares. Esto no es pecado, pero es una violación a la ley, por consiguiente recibimos un castigo o penalidad. Muchos evitamos hacer esto, porque estamos en la tierra, y los hombres que emitieron las leyes nos observan. Esto mismo sucede con el pecado, solo que muchos olvidan que también Dios nos observa desde el cielo, y sabe quién no obedece Su Ley. La transgresión/violación de la Ley de Dios, es consecuencia de muerte, a menos que  reconozcamos nuestras faltas y procedamos al arrepentimiento, donde nuestros pecados son borrados por medio del perdón, y somos cubiertos con la Gracia redentora de Jesucristo.

Dios siempre espera y nos da la oportunidad de rectificar nuestras faltas, pero si la muerte nos sorprende y no hemos reconocido nuestros pecados, no habrá una nueva oportunidad, porque la muerte no tiene memoria. Otras veces la violación de las leyes terrenales nos priva de la libertad, porque se nos encierra en las cárceles, y en casos extremos se dicta sentencia de muerte contra el acusado. El que peca contra Dios y no se arrepiente, no va a la cárcel, tampoco paga una multa; vive una libertad condicional físicamente pero prisionero espiritualmente, y sentenciado a muerte eterna. Esa es la penalidad que ineludiblemente tendrá que pagar; no con dinero, sino con la vida, porque el reino de los cielos no se compra ni se vende.

Olvidar a Dios en nuestras vidas, significa una degradación de nuestro carácter, porque el justo es aquel que sobre todas las cosas ama a Dios y lo busca constantemente. El hombre justo no es aquel que no comete injusticia, sino aquel que pudiendo ser injusto, por amor a Dios y temor a la justicia divina decide no serlo. Es aquel que anda en integridad y practica la justicia; habla verdad en su corazón. Es aquel que no hace mal a nadie ni hace mal a su prójimo, tampoco admite reproche alguno contra él. Justo es el que ve menospreciable al vil, pero honra al que venera al Señor. Es todo aquel que cumple su promesa, aun en su perjurio. El que no presta su dinero con usura, ni contra el inocente acepta cohecho/soborno. El que no oprime y se burla del pobre, porque  aborrece la maldad y es compasivo. El que abre sus labios para hacer una oración sin engaños, porque Dios sondea nuestros corazones, nos prueba y nos visita. Todo el que haga estas cosas, las hará por amor a Dios, y no caerá jamás.

Desde el cielo el Señor mira a los hombres para ver si hay alguno sensato que busque a Dios, porque Él está con el linaje de los justos. Dios salva al creyente que ante la Ley del Señor se deleita  y medita en ella de día y de noche sin detenerse en el camino de los pecadores. Pero no actúa así con los impíos, porque el Señor cuida el camino de los justos, pero la senda de los malos perecerá. No seamos ingenuos, en este mundo la justicia no funciona, porque la balanza siempre se inclina del lado de los poderosos. El sistema judicial de los gobiernos funciona como la ley del embudo: lo ancho para el que tiene el poder y lo estrecho para el pobre y necesitado, porque las leyes de la tierra permiten que se violen los derechos de los inocentes, y no funcionan igual para todos. Protege al delincuente que puede pagar su libertad y ocultar su maldad/delito. La justicia divina nunca falla; muchas veces tarda pero llega. Todo el que a hierro mata a hierro muere, y todo saldrá a la luz, porque no hay nada oculto entre el cielo y la tierra. Dios actúa con su Espíritu y Su mano invisible está extendida para sostener al necesitado que desea recibir Su ayuda.

El justo tiene a Dios como su escudo, es su refugio en las angustias, respeta y sirve al Señor con reverencia, acepta amonestación, clama al Señor y Él le responde. Confía en el Señor, porque sabe que El salva a los rectos de corazón, pero está preparado y airado contra los malos que no se convierten. El malvado está lleno de iniquidad, concibe maldad, engendra violencia y fraude, pero su iniquidad volverá sobre su cabeza. El Señor ríe y se burlará de los que conspiran en contra de Él, porque ha preparado armas de muerte. Su espada esta afilada y el fuego esta templado. El malo no busca a Dios, no hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Sus caminos son torcidos en todo tiempo. Tiene los juicios de Dios muy lejos de su vista. Acecha oculto como león en su guarida para atrapar y matar a escondida al inocente; sus ojos vigilan al indefenso. Lo arrebata, y lo arrastra a su red, porque se jacta del deseo de su corazón, bendice al codicioso y desprecia al Señor, porque piensa que nunca será conmovido y que Dios no le pedirá cuenta.

El Señor permanece para siempre y ha dispuesto su trono para el juicio. Juzgará al mundo con justicia y rectitud. Se  hundirán las naciones en la fosa que cavaron, quedando atrapadas en la red. Solo somos naciones compuestas por hombres, y serán lanzados al sepulcro todos los que se olvidan de Dios. El necesitado no siempre será olvidado, ni la esperanza del justo perecerá para siempre, porque serán levantados de las puertas de la muerte. El Señor está en su Santo Templo, en el Trono Celestial. Sus ojos ven, sus parpados examinan a los hombres. El Señor prueba al justo y al impío, aborrece al que ama la violencia, y sobre los malos hará llover fuego y azufre, y un viento abrasador será su porción, porque el Señor es justo y ama la justicia.

En Él confían todos los que conocen Su Nombre, porque el Señor, nunca desampara a los que le buscan. El Señor destruirá todo labio lisonjero y la lengua que habla jactanciosamente. El Señor es Rey eterno y para siempre. De Su tierra perecerán todas las naciones a fin de que el hombre, que es de la tierra, no vuelva más a hacer violencia, engañar y mentir, porque la vileza de los hombres se ha exaltado por todos lados. ¡Esperemos pacientemente al Señor. Nos queda muy poco tiempo para que nuestra Redención sea una realidad!. La justicia procede de Dios, y el justo vivirá por la fe.




miércoles, 2 de octubre de 2013

LOS DOS REINOS


                                                 LOS DOS REINOS

El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, y se le permitió vivir en la tierra por un tiempo determinado de aproximadamente 120 años, que no todos llegamos a completar. Este decreto fue dado por Dios después de la destrucción de la tierra con el Diluvio universal, donde solamente se salvaron 8 personas. Hemos ido evolucionando de generación en generación, lo que ha formado la humanidad, y desde entonces, las grandes verdades reveladas en la Biblia han caído en el olvido. Pero hay dos partidos en el conflicto que se libra en este mundo, el de Dios y el de Satanás. Uno representa el bien y el otro el mal. El partido que siguen los justos, o los que hacen el bien amando a su prójimo como nos manda Dios, son los que heredarán el reino celestial, y los que hacen el mal y son seguidores de Satanás, son los que representan el partido de izquierda y  viven en el reino terrenal de acuerdo a las leyes de los hombres. El factor principal que indica a cuál de los dos partidos pertenecemos y que determina la diferencia entre ambos, es la forma en que se adora y servimos a Dios, porque es indispensable la obediencia absoluta a su Ley, Sus Mandamientos y Preceptos.
La desobediencia a Dios fue lo que hizo que nuestros primeros padres pecaran. Satanás tentó a Eva al hablarle en forma de serpiente, y ella creyó lo que le dijo, desobedeciendo a Dios; por esa razón Dios maldijo a la serpiente entre todas las bestias y todos los animales del campo. Hubo una gran guerra en el cielo y Satanás fue expulsado del Cielo junto con algunos ángeles que le seguían y vino a la tierra a sembrar el mal, y desde entonces siguen existiendo las mismas condiciones. El partido de Satanás ha crecido y día a día trata de conquistar y convencer a través de engaños, a todos los que no aman y obedecen al Señor. A todos los que no sienten interés en conocer las grandes verdades reveladas en las Sagradas Escrituras. La primera guerra comenzó en el cielo y continúa en la tierra, donde la serpiente antigua se ha convertido en Diablo y Dragón. Esta es la bestia que aparece en el libro de Daniel y Apocalipsis.
Caín y Abel fueron los primeros descendientes de Adán y Eva, y todos conocemos la historia: Caín se dedicó al mal, desobedeciendo a Dios al  darle una ofrenda que no fue agradable al Señor y Abel, obedeció al Señor, rindiéndole un holocausto vivo como el Señor le había dicho. Esto enojó a Caín y asesinó a su hermano, siendo el primer crimen que registra la historia. Cuando Dios maldijo a la serpiente le dijo: “pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón”. La mujer representa el pueblo de Dios (la iglesia en nuestros tiempos). Claramente podemos entender que entre el pueblo de Dios que representa la mujer, y la serpiente que representa a Satanás, hay enemistad, lo que significa guerra, porque el bien y el mal no pueden estar juntos. Los que están del lado de Satanás son llamados “Hijos del hombre”, y los que están del lado de Dios son llamados “Hijos de Dios”, por eso no todos somos hijos de Dios como muchos creen. Todos somos descendientes de Abrahán, a quien Dios llamó y le pidió que dejara su país y se dirigiera a una tierra que le había de mostrar, prometiéndole que haría de  él una gran nación. Fue llamado por Dios “padre de multitudes”. Abrahán obedeció al Señor y salió dejando su tierra sin saber a dónde iba. El lugar donde debía instalarse era la tierra de Canaán, donde Abrahán y sus descendientes adoraron exclusivamente al Dios viviente.
El partido del dragón, cuyos seguidores eran conocidos como caldeos, habitaba en la ciudad de Ur de los caldeos, y su capital era Babel. Este pueblo era pagano, lo que luego se convirtió en la ciudad de Babilonia. Allí se adoraba el sol, la luna y se veneraba a Baal, lo que formó la falsa religión pagana en el mundo. El paganismo ganó terreno entre los que practicaban la verdadera religión, porque muchos continuaron adorando a los Baales, lo que dio origen a una lucha constante entre los que servían a Dios y los que servían a los dioses paganos.  Con el correr del tiempo el paganismo se extendió de una nación a otra: Babilonia, Medo Persia, Grecia y Roma, envolviendo  al mundo entero en un total oscurantismo de la verdadera Ley de Dios. Roma pagana, gobernada por los emperadores se convirtió en Roma papal y es la que tiene el control de la religión en el mundo moderno que vivimos, hasta que se cumpla el tiempo establecido por Dios, donde El vencerá al Dragón y/o la bestia de Apocalipsis, para poner fin a la maldad, el pecado y destruir la muerte.
El partido de Satanás ha desarrollado su poder en el reino terrenal bajo un disfraz llamado cristianismo. Muchas de las doctrinas cristianas verdaderas, han sido cambiadas por los conceptos paganos. El hombre vive y actúa de acuerdo a lo que tradicionalmente hace y enseña  la iglesia católica, apostólica y romana y no sigue las enseñanzas de Jesús reveladas en la Biblia. Muchos son cristianos por tradición y no por convicción. Por eso dice la Palabra de Dios: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento”. Entre otras cosas, una costumbre pagana que persiste en el mundo de hoy, es la de celebrar culto a Dios los domingos. El cristianismo romano adoptó esta falsa doctrina, porque en la antigüedad se adoraba al sol como a un dios, por eso el cuarto Mandamiento de la Ley de Dios dice: “Acuérdate del día sábado para santificarlo…..”, pero fue cambiado por el domingo. En la actualidad el cuarto mandamiento  adoptado por roma y enseñado al mundo, simplemente dice: “santificar las fiestas”. El falso sistema del partido de Satanás, sigue dominando al mundo y tiene cegado a muchos que se consideran cristianos. Cada día la lucha será más intensa, porque el Diablo seguirá declarándoles la guerra a todos los que guardan los Mandamientos de Dios y esperan la segunda venida de Jesucristo. Finalmente también se volverá contra sus mismos seguidores para destruirlos antes de que Cristo venga, porque él no se quiere quemar solo, cuando la ira de Dios sea desatada y él sea reducido a cenizas, por eso busca constantemente a quien devorar.
Dios es claro en su Palabra, y nos previene de lo que sucederá  al final del tiempo: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen y recibe la marca en su frente o en su mano, el también beberá del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira. Y será atormentado con fuego y azufre ante los santos ángeles y ante el Cordero”. No podemos olvidar que Cristo venció la muerte, ascendió a los cielos, y prometió que volvería. Si no hubiera resucitado, no tendríamos esperanza, pero resucito al tercer día como estaba escrito, y está sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros en el Reino Celestial. Estamos siendo juzgados en el Tribunal Supremo Celestial, y Cristo es nuestro Juez. No debemos seguir viviendo en las prácticas paganas, creyendo que adoramos a Dios, pero bajo las reglas del paganismo del partido de Satanás. La Palabra de Dios es fiel y verdadera, nunca cambia, y la Biblia no se contradice. Lo que está escrito se cumplirá. Cristo volverá muy pronto en Gloria y Majestad y el gran conflicto de la tierra  llegará a su fin, porque sin lugar a dudas Dios ganará la batalla y todos los que hemos confiados en la Palabra de Dios, seremos victoriosos en el Reino Celestial.
La bestia, el Diablo, el Dragón, la serpiente y Satanás, que todos ellos representan el mal, porque engaña a través de la mentira, será destruida para siempre. El lugar donde habita el falso profeta que dice ser el representante de Dios y que tiene poder hasta para perdonar los pecados, también será destruido junto con aquellos que a través de la historia del tiempo lo siguieron. El poder papal no existirá más, porque nadie puede blasfemar y usurpar el nombre del Hijo de Dios, ni querer ocupar su lugar sin recibir castigo.  Estamos viviendo un cristianismo que tiene influencia a nivel mundial, pero es un cristianismo papal, donde se venera y se le rinde reverencia al santo padre, un hombre de la tierra, y no al Santo Padre que es Dios. El Señor está enviándonos señales constantemente para que salgamos  de la ignorancia y busquemos la verdad. Mientras Satanás sigue haciendo campaña para atrapar a todos los que pueda y aumentar su partido, Dios nos envía señales de que el fin está cerca, de que debemos reconocer que el tiempo pronto detendrá su veloz camino. El arrepentimiento es lo único que nos puede salvar.

No importa los esfuerzos que hagan los gobiernos por estabilizar el mundo, todo lo que nos acontece es profético y no existe nadie que pueda luchar contra Dios. Solamente tenemos que observar todos los desastres naturales que suceden a diario alrededor del mundo, el alto índice de criminalidad, inmoralidad, violencia, etc. Por medio de la televisión, periódicos, radio, e internet solo recibimos vientos de guerra y sucesos alarmantes. En resumen, todos los Mandamientos de Dios se han violado, porque no practicamos ninguna virtud. El partido de Satanás esta reinando en la tierra, como resultado de los esfuerzos hechos por él, para que el hombre desobedezca a Dios.
Los vaticinios divinos tienen una exactitud absoluta, porque las profecías Bíblicas nunca fallan. Dios en su infinita misericordia nos revela todo lo que ha de suceder pronto, y aunque no nos da fecha exacta, nos da señales de tiempo y detalles específicos de cómo será el fin para que estemos preparados. Nos brinda la vida eterna en el reino celestial para los justos, y la condenación eterna terrenal para los impíos y seguidores del partido de izquierda. Es evidente que Cristo ganará la batalla y su pueblo será redimido. La iglesia católica llama a los que no seguimos sus doctrinas, “hermanos separados”, pero somos hermanos en Cristo todo aquel que hace la voluntad del Padre, le rinde reverencia y  adoración,  venera su Santo Nombre, cumple Sus Mandamientos y obedece Su Ley. Esto es lo que nos identifica como hermanos de Cristo y serán los herederos del reino en  la Santa Ciudad, la Jerusalén Celestial. Debemos desarrollar una relacion con Dios, no con la iglesia, porque ninguna religion nos puede salvar. Es bueno congregarnos para adorar al Señor, pero en una iglesia que sus doctrinas esten basadas en lo que dice la Biblia.
El mundo está sumido en una ola de temor, viviendo a la expectativa de lo que sucederá mañana. Vivimos en la inseguridad, sin saber cómo hacer frente a los constantes problemas que nos agobian: enfermedades, contaminación, falta de trabajo, alimentación, vestimentas, inesperados desastres naturales, etc. Los gobiernos ejercen cada día mas poder sobre los seres humanos, imponiendo restricciones y penalidades que nos van llevando a la desesperación y a la privación de la libertad. Todo esto nos revela que estamos viviendo en el cumplimiento de la última profecía y el mensaje del tercer ángel de Apocalipsis 14. Dios nos ha dado en detalle, como será identificado Su pueblo escogido y  la marca que llevarán los seguidores de Satanás. También nos dice que este entendimiento requiere sabiduría y se refiere a la segunda bestia que obliga y engaña. Apocalipsis 13 nos da claramente el número de la bestia que es 666, que es la marca, nombre, y número de hombre. Es de todos conocido que el nombre, o número de hombre  a que se refiere la Biblia es: “Vicarius Filii Dei”, que quiere decir “representante del Hijo de Dios”, lo que es igual a representante de Cristo en la tierra, y en números romano es igual a 666. Este es el nombre que han llevado todos los papas a través de la historia, los que en la actualidad suman 266.
No significa que literalmente se nos pondrá el número 666 en la frente o en la mano, porque Dios sellará y defenderá a su pueblo de manera invisible, a todo el que no acepte el último decreto papal que marcará el fin de la humanidad y la pronta llegada de Jesucristo. Pero es un dato irrefutable para que podamos entender a quién corresponde la marca. El reinado del papado en la tierra es temporal, como lo es la vida de todos nosotros, porque lo único que es eterno es Dios que habita en el reino celestial, y será herencia para los justos que aman y esperan al Señor. Todos los que se consideran cristianos deben amar y obedecer a Dios antes que a los hombres. El papa no tiene autoridad ni poder ante Dios para modificar, alterar, cambiar e interpretar las leyes divinas, porque la Biblia es clara y se explica a sí misma. Solamente necesitamos poner nuestra voluntad a la disposición del Creador y pedir la dirección del Espíritu Santo.
Así dice el Señor: Yo, Jesús, os envié mi ángel con este testimonio para las iglesias. Yo Soy la Raíz y el Descendiente de David, la radiante Estrella de la mañana. “Advierto a todo el que oye las Palabras de la profecía de este libro (la Biblia): Si alguno le añade algo, Dios traerá sobre el las plagas escritas en este libro (la Biblia). “Y si alguno quita algo de las Palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del Libro de la Vida y de la Santa Ciudad que se describen en este libro (la Biblia).” La Ley fue escrita por el dedo de Dios, y es imposible modificarla como lo ha intentado la iglesia católica. Aunque el reino de la tierra actúa por encima de la Ley de Dios, no podemos darle veracidad y reconocer el poder papal como fiel a Dios, porque estaríamos actuando en contra de las Sagradas Escrituras. El domingo, como el día de reposo que santificó roma, no está registrado en la Biblia. No existe la palabra domingo en toda la Biblia, lo que confirma que esta osadía fue obra de los antiguos emperadores romanos y  que la iglesia católica romana ha seguido guardando por tradición, ocultando la verdad. El primer día de la semana es domingo y Cristo nos manda guardar el sábado, que es el séptimo día.
Podemos buscar en el Antiguo y Nuevo testamento y no encontraremos nada de lo que la iglesia católica ha sostenido; de hecho el sábado se seguirá guardando por la eternidad, porque fue santificado durante la creación. La obediencia a Dios es lo único que nos salvará. Escuchemos al Señor y no nos dejemos llevar por lo que dicen los hombres. No actuemos como Eva que escuchó a la serpiente  y le creyó a ella más que a Dios. Permanezcamos en el amor de Cristo guardando sus Mandamientos para poder llegar al Reino de los Cielos. Identificar al dragón/bestia disfrazado de santo, es cuestión de vida o muerte. La Biblia nos describe el anticristo que está en el mundo y el reinado de la última bestia: Una gran ramera está sentada sobre esa bestia, vestida de purpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas. Y en su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación. “Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y sus habitantes se han embriagado con el vino de su fornicación”. “Porque Dios ha puesto en sus corazones ejecutar lo que él quiso, es a saber ponerse de acuerdo y dar a la bestia el poder de reinar, hasta que se cumplan las Palabras de Dios. “Y la mujer que viste es aquella gran ciudad que impera sobre los reyes de la tierra”.
Claramente roma queda identificada y también el anticristo. La victoria final será de Jesucristo, porque “Pelearán con el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles” (Apocalipsis 17-14). Esperemos recibir nuestra recompensa como ha prometido el Señor: “Yo vengo pronto y mi galardón conmigo, para dar a cada uno según su obra. “Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Primero y el Último. El que es, el que era y que ha de venir, el Todopoderoso”. Así dice 1 de Pedro 4-11: Si alguno habla, hable conforme a las Palabras de Dios. Si alguno ministra, ministre conforme a la virtud que da Dios, para que en todo él sea glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. ¡”Dichosos los que guardan sus Mandamientos, para que tengan derecho al árbol de la vida, y entren por las puertas en la ciudad!”. El Reino de Dios será nuestra eterna morada. Aleluya!