jueves, 15 de agosto de 2013

EL TIEMPO ES CORTO

                                            
Todos los que acepten la doctrina del advenimiento de Cristo sentirán la necesidad de arrepentirse y humillarse ante Dios. Muchos aún están indecisos entre seguir la conducta del mundo o elegir a Cristo, pero es tiempo de decidirse porque el tiempo es muy corto.  La tierra está retrocediendo y el Espíritu de Dios hace un llamado ardiente a todas las almas pecadoras, a fin de que se arrepientan y preparen para el gran día del Señor. Los que amamos verdaderamente al Señor debemos recibir el advenimiento de Cristo con gozo y esperanza, pero los que no aman al Señor desean que no regrese y por ende prefieren ignorar esta realidad, pero Cristo volverá con poder y gloria a redimir a los que creen, se han arrepentido y tienen fe. Todas las cosas eternas tienen una extraordinaria realidad sustentada en las Sagradas Escrituras  y el Espíritu de Dios descansa en ellas para ser reveladas a todo aquel que sienta interés en conocer las verdades divinas.

La proclamación de la venida de Cristo debería ser en nuestros tiempos como lo fue cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento de Jesús, el Mesías, el Redentor del mundo, anunciado antes de nacer a través de un mensaje celestial. Cristo ha declarado que antes de su segunda venida el mundo caerá en la incredulidad y la apostasía. Dios ha soportado mucho nuestras maldades, nuestras transgresiones y nuestros pecados, pero el tiempo se ha cumplido y la llegada del reino de Dios es inminente. Siglos tras siglos Dios ha dirigido el mundo a través de los apóstoles y profetas, y sus mensajes desde la antigüedad han sido recibidos con incredulidad y falta de fe, pero todo se ha cumplido de forma precisa y en el tiempo anunciado que sucedería. En nuestros tiempos tenemos un día fijado para ver la llegada del Señor, y todo ojo lo verá. No podemos huir ante esta realidad, sino permanecer fieles en el Señor.

Antes de la llegada del diluvio, Noé  llamó al pueblo a arrepentirse, anunció el propósito de Dios para ofrecerles la oportunidad de salvarse, porque la tierra sería destruida con una lluvia incesante que duro 40 días y 40 noches, pero el mensaje fue considerado ridículo, porque nunca antes había llovido y por eso no lo creyeron. Muchos ridiculizaron a Noé y se rieron mofándose de su mensaje con burlas. Lo consideraron fanático y loco, cuando estaba construyendo  el arca de acuerdo a las instrucciones dadas por Dios. El pueblo siguió corriendo tras los placeres del mundo y andando en sus malos caminos. El mensaje de Noé era verdadero, pero lo creyeron y entendieron cuando vino el diluvio y se los llevo a todos, pero ya era demasiado tarde y la puerta del arca fue sellada por los ángeles, salvando solamente a Noé y su familia. Asimismo como en los tiempos de Noé será la segunda venida de Cristo. En nuestros tiempos reina la incredulidad, la inmoralidad y la injusticia, por eso Cristo vendrá a castigar a la humanidad. El día del gran juicio final ya está fijado. A pesar de las maldades del mundo y de los deseos de Satanás para impedir que la Palabra de Dios sea aceptada, Dios sigue utilizando a sus escogidos para advertir a la humanidad de su pronta llegada.

El Señor no  ha revelado el día y la hora exacta de su regreso, pero será antes del 2017, a la hora que no pensamos y en el día que no esperamos. Este mensaje me fue revelado por el Espíritu de Dios, aunque el Señor sabía que no me creerían. Las razones del por qué me eligió a mí para dar esta noticia, solo El las conoce. Yo cumplo con informarlo, para el que realmente crea y tenga fe, este preparado. Este no es un mensaje para los impíos, sino para el creyente de las profecías. Tampoco es un mensaje para llegar al pánico colectivo, más bien es una advertencia de amor, porque el Señor no desea que nadie perezca, sino que procedamos a buscar el arrepentimiento. Es lo único que pide de nosotros.

El advenimiento de Cristo significa desgracia y desolación para los impíos y ateos, pero para los que realmente aman al Señor y conocen su Palabra, esta verdad es motivo de gozo, consuelo y esperanza.  Una nueva vida espiritual debe despertar a los creyentes y esforzarnos a enderezar el camino. Los periodos proféticos resultan irrefutables, por lo que desde la antigüedad todo se ha cumplido de forma exacta. En el libro de Daniel, y en Apocalipsis podemos encontrar las revelaciones de lo que nos vendrá. El 13 de Noviembre de 1833 sucedió un acontecimiento nunca visto, en la que una lluvia meteórica de estrellas fugaces inundó el firmamento durante horas, en los cuatro puntos cardinales de la tierra. Desde entonces no se ha repetido algo igual. Muchos de los que tuvieron el privilegio de contemplar ese hermoso espectáculo pensaron que se trataba del fin del mundo, pero era una muestra del Poder del Espíritu de Dios, para dejarle saber al mundo que las profecías se cumplirían en el tiempo fijado. El 13 de noviembre de 2013, se cumplirán 180 anos de este hecho, lo que significa que estamos viviendo el medio tiempo de la profecía de los 1,260 días reveladas por el profeta Daniel y que se repiten en Apocalipsis (180x7=1,260 días).

El estudio de las profecías referente a la segunda venida de Cristo, debe despertar un especial interés en todo creyente, porque las verdades de las Sagradas Escrituras, están ocultas para muchos, pero los acontecimientos que sucederán en este tiempo ya han sido anunciados a todos. El gran día del Señor se aproxima y será un día sólo conocido por El.  Las estrellas se ocultaran, el sol retraerá su luz, los montes y colinas se moverán, el viento se detendrá, para dar paso a la Majestad del Señor. Por eso Apocalipsis dice: “El que lee, entienda”, pero hay muchos que no leen ni oyen, y prefieren no hacer caso a las cosas que están escritas, negándose a reformar sus vidas y prepararse para la venida del Hijo del Hombre, para que el Señor los salve.

Tanto el libro de Daniel como Apocalipsis contienen enseñanzas de suma importancia acerca de los acontecimientos que han de desarrollarse al final de la historia de este mundo. Pero ni siquiera los profetas comprendían del todo las cosas que Dios les revelaba, y muchas veces su significado debía ser aclarado a medida que las instrucciones eran dadas. Por consiguiente nosotros como hijos de Dios tenemos el deber de escudriñar las Escrituras y no dejarnos ofuscar por las opiniones humanas. Todas las profecías fueron inspiraciones del Espíritu de Dios para nuestras generaciones. Debemos aferrarnos al  amado Maestro con total afecto, sin miedo, sin temor y sin dudas.

El mundo no se siente motivado para el estudio de las profecías y esto es un esfuerzo que Satanás hace, porque él no quiere que sepamos que la venida del Señor está muy cerca y envuelve la verdad en el error creando confusión y arruinando las esperanzas, por eso el hombre sigue mostrando indiferencia a la Palabra de Dios. Los que hemos estudiado la Biblia sabemos que el reino de Satanás que existe en el mundo subsistirá hasta el advenimiento del Señor, pero  será consumido por el Espíritu de su boca y destruido con el resplandor de su venida. Debemos darle importancia a las señales de la venida de Jesucristo, porque son verdaderas. El vendrá en persona en las nubes, acompañado de todas las huestes del cielo, para que vayamos  a su encuentro. La tierra será sacudida y los incrédulos e impíos correrán aterrados a  esconderse de la presencia del Hijo del Hombre, pero no habrá lugar donde nos podamos esconder, porque será un día muy terrible.

El instigador de todo mal trata únicamente de contrarrestar los efectos del mensaje del advenimiento del Señor, y de destruir a todo aquel que le sirva a Cristo, pero a pesar de toda oposición, la Palabra se cumplirá y todo sucederá  como está escrito. La incredulidad del mundo no impedirá que se realice el acontecimiento que está predicho. Así como Dios envió a Jonás a anunciar que la ciudad de Nínive sería destruida en 40 días, así nos avisa a nosotros que su llegada está muy cerca. El pueblo de Nínive creyó el mensaje y todos se arrepintieron e hicieron sacrificios para que Dios no los destruyera, y el Señor perdonó al pueblo. Tristemente, esto no se repetirá porque en el mundo de hoy existe una ola de maldad, falta de amor y fe, que nadie cree en nada a menos que no lo vean. Debemos darle especial atención a las Palabras Sagradas de Dios, sobre todo en los tiempos finales que vivimos, para ser instruidos respecto a los peligros y luchas que nos esperan. La decisión debe ser ahora y el arrepentimiento debe comenzar hoy, porque al final el pueblo de Dios será liberado.

"En los últimos días------dice Dios------derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñaran sueños (Hechos 2:17). “Y haré prodigios arriba en el cielo, señales abajo en la tierra, sangre, fuego y vapor de humo. “El sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor grande y manifiesto. “Y todo el que invoque el Nombre del Señor, será salvo. La Palabra de Dios tiene Poder!. Arrepiéntete!. CRISTO ESTA A LAS PUERTAS DEL MUNDO.

 

 

 

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