viernes, 25 de enero de 2013

DOLOR QUE TRAE GOZO



Los caminos de Dios son misteriosos, y no siempre llegamos a comprenderlos, pero nada ocurre porque si, todo tiene un propósito, todo corresponde al Plan Divino de Dios. Toda prueba de la vida, cada problema y toda amarga odisea por increíble que parezca, no son obras al azar, vienen de Dios, para educarnos y disciplinarnos, porque El nos ama. Dios dice en su Palabra: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo“. Muchas veces Dios permite que nos sucedan cosas que nos parecen adversas, situaciones que no logramos entender el por qué nos suceden y esperamos una respuesta, pero solo El conoce las razones. Como dice un dicho muy conocido: no hay mal que por bien no venga; todas las cosas siempre redundan para bien, y nuestra falta de fe, muchas veces no nos deja ver ni pensar. Dios nunca permite que a sus hijos les pase nada, que no sea para un bien futuro.

Todos los seres humanos hemos tenido que pasar en algún momento de nuestras vidas por situaciones que nos han dejado un mal recuerdo: enfermedades de mucho sufrimiento, dolor, al perder un ser querido, y tristezas por muchas razones: problemas familiares, económicos, etc., que nos llevan a la depresión y al desaliento; estados de animo inexplicables, donde no vemos la salida, no sabemos que hacer para mejorar, pero cada experiencia de la vida tiene una lección, y es el momento de buscarle el lado positivo. Todo sufrimiento tiene su objetivo: nos mejora y nos hace seres humildes y compasivos, o nos endurece y nos convierte en personas altivas, rebeldes y egoístas; todo va a depender de cómo asimilemos nuestras experiencias negativas y de la actitud que adoptemos; siempre debemos tratar de superarlo, para evitar llenarnos de resentimientos y amarguras, ya que el diablo ataca al ser humano con severidad y luego nos acusa ante Dios, para que no nos perdone. Debe haber antes, un arrepentimiento sincero.

Detrás del dolor siempre hay una razón que se convierte en bendición. Pienso que no hay mayor alegría que la que siente una madre al ver nacer a su hijo. A pesar del dolor inmenso que provoca dar a luz un hijo, este pasa tan pronto la criatura nace y se convierte en felicidad. No existe dolor que dure para siempre; el dolor siempre pasa y mientras lo sentimos, tiene intervalos de alivio, porque cada situación es controlada por Dios. El nunca nos da mas, de lo que no podemos soportar y siempre trae consolación a nuestras penas.

La vida esta llena de dificultades, pero cada una de ellas es una oportunidad de ver lo que Dios puede hacer por nosotros; nos ayuda a depender de el, a confiar y obedecer. Todos nuestros pesares es para que entendamos que Dios esta con nosotros y que necesitamos de su paz y de su amor para calmarnos interiormente. El amor de Dios, nos ayuda a superar todas las aflicciones, porque El es misericordioso al perdonarnos. Podemos traer gozo a nuestras vidas y ser felices a pesar de las adversidades; pero estas nos deben conducir a la oración para liberar la aflicción. Después de cada tempestad siempre viene la calma y las esperanzas vuelven a renacer; cada noche trae consigo un nuevo amanecer. No siempre nuestras oraciones son respondidas de la forma en que deseamos. Dios sabe que ciertas peticiones nos afectarían de forma negativa, por eso, debemos orar siempre pidiendo que las cosas se hagan conforme a su voluntad, no a la nuestra.

El amor de Dios siempre trae gozo a nuestras vidas, principalmente al hijo fiel y obediente; su amor, ejecuta la acción contraria al amor del hombre. Mientras el amor del hombre es egoísta, perverso e infiel, y nos sentencia a muerte por desobedecer la ley, Dios nos sentencia por medio de su amor a vivir por siempre si obedecemos su ley. El diablo se ha empeñado en dañar y llenar de conflictos la vida de cada uno; pero debemos mantenernos firmes en las Palabras del Señor, ya que sin obediencia no hay salvación y no podemos hacer nada alejados de Dios. Solo aquel que haya hecho la voluntad del Señor, disfrutara del gozo que da la salvación.

Nuestro lema debe ser: !Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!. Pronto las lagrimas, las penas, el dolor y los sufrimientos desaparecerán para siempre, y el recuerdo no vendrá mas al pensamiento, porque Dios hará nueva todas las cosas. Mientras esto sucede, debemos disciplinarnos intelectualmente y madurar nuestro entendimiento; debemos poner a trabajar nuestras mentes activamente, para despertarla y tener una percepción clara y objetiva del futuro, del inigualable amor de Cristo; del sacrificio y sufrimiento por el que tuvo que pasar para darnos vida mas allá de la muerte. !Vida eterna!. Todos estamos en deuda con Cristo, porque El pago con su muerte el pecado tuyo y el mío. La salvación es gratis para los que creen y obedecen, pero para los impíos, la deuda esta pendiente y el momento de pagarla se acerca. “Os aseguro que el que guarda mi Palabra, nunca vera la muerte eterna”-Dice el Señor-.



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