lunes, 2 de septiembre de 2013

VERDAD-SINONIMO DE VIDA

                                             VERDAD-SINONIMO DE VIDA.




(Palabras de motivación, para promover la fe y el entendimiento que se requiere para descubrir la verdad que los enemigos de Dios han mantenido oculta, basadas en las promesas de salvación y vida eterna. Todo el que conozca la verdad y la siga, podrá reclamar su herencia en el reino de los cielos).



¿Qué es la verdad? La verdad, literalmente significa “ver“, porque el que ve, recibe lo que el hombre “da“, y ahora la pregunta seria, que es “d“?, de quien se recibe lo que no se ve? La respuesta indicará si vives en la verdad para recibir vida o si vives en la mentira para recibir muerte. Cristo es la “vid” de la vida y nuestro Padre Celestial es el alfarero. Todo lo que se ve es temporal y lo que no se ve es eterno.

La verdad es una palabra que camina unida a otros valores, entre ellos: la honestidad, la fe, la fidelidad, la confianza, la lealtad y el conocimiento; pero es alcanzada cuando ponemos a trabajar la lógica, el análisis, la moral y la voluntad, para poder lograr el entendimiento y discernimiento que involucra el razonamiento. La verdad conjuga dos verbos: el ver y el dar. El ver, ejecuta la acción en el presente y el dar, en el futuro, porque Dios nos dará vida eterna. El hombre no puede descubrir por sí mismo, lo que le traerá el futuro.

La verdad es un tema concerniente al alma, por eso es sinónimo de vida, porque la vida es Dios y sus juicios se basan en la verdad. Es una virtud moral; es un concepto que debe estar arraigado en el corazón de cada ser humano, porque es en el corazón donde Dios habita. La verdad tiene una estrecha relación entre lo que se dice, lo que se cree y lo que en realidad es, y determina si lo que crees, aunque no lo ves, te dará la vida.


Verdad es ver y decir lo que es, sin temor a las consecuencias y mentir es ocultar la verdad por temor a las consecuencias. La verdad no se haya en el presente porque vivimos en la mentira y el engaño, sino en el futuro, donde Dios manifiesta a través de las Sagradas Escrituras las promesas de vida, que son eternas. La muerte actúa en nosotros para darnos vida y es cuando comienza el viaje hacia la verdad. La muerte es el instante donde el aliento de vida sale del cuerpo para volver a Dios


La verdad de los hechos, depende de la experiencia que cada ser humano vive, pero muchas veces nos dejamos llevar, y solo creemos lo que el hombre dice. El hombre estudia y analiza la ciencia y los resultados siempre son reconocidos como válidos, porque proceden de una investigación científica, pero cuando se comete un error y el mundo lo apoya, este no necesariamente se convierte en verdad porque los demás lo crean.


Dios no es una ciencia, es la verdad revelada en la Creación y la vida del hombre. El camino, es llevar el cuerpo por una línea recta entre la mente y el alma. Desde el punto de vista religioso, la verdad se interpreta con lo que dice la Biblia, no se puede comprobar porque los hombres de ciencia han ocultado y manipulado la verdad para engrandecer su ego y defender sus propios intereses, contribuyendo a que la mentira a medida que se sostiene, se vuelva creíble, dándoles explicaciones científicas a todo lo creado.


La verdad vino al mundo, fue crucificada en el siglo primero, y nadie le creyó, por eso el hombre ha sido conducido al error, viviendo en la mentira, apoderándose de una realidad que ha llevado a la vida, en una corriente que ha formado una ola gigantesca de confusión, ahogando la conciencia, matando el alma y destruyendo la vida, apartando al hombre del camino de Dios, en todas las generaciones, pero la verdad sigue siendo la voz de la conciencia, que nadie puede ver, pero muchos tratan de silenciar.


La dirección equivocada nos conduce al error, vivimos absortos en el mundo exterior y esta es la peor tragedia de la vida, ya que la verdad es todo lo que contribuye a fomentar la vida en el crecimiento espiritual. Es la conciencia del hombre que le habla a sí mismo, es la voz de alerta de nuestro propio interior. Cuando creemos tener la verdad, debe haber una concordancia entre lo que pensamos, decimos y hacemos, para llevar la vida en armonía y paz.


El camino correcto nos lleva a la verdad, nos lleva a la vida, y la mentira confunde el camino a la verdad que nos da la vida. Errar el camino significa perder la vida antes de conocer la verdad. Si no conocemos la verdad no podemos encontrar el camino que nos lleva a la vida, que es eterna; porque la vida del hombre es receptiva a los estímulos del mundo en el que vive, y va a depender de la manera como reaccionemos a ellos.


El camino hacia la vida tiene dos puertas: la ancha, por donde muchos entran, pero es un camino que lleva a la perdición, y la estrecha, es el camino angosto que lleva a la vida, y pocos la hallan. Debemos pedirle al Todopoderoso que nos ayude a encontrar la puerta estrecha ya que el hombre no puede recibir nada, que no le sea dado del cielo. Al encontrar y entrar por esta puerta, descubriremos la verdad del que nos ha dado la vida.


El objetivo de Dios para que busquemos la verdad es darnos vida en abundancia, ya que la vida es el tiempo transcurrido entre el nacimiento y la muerte y nosotros elegimos como vivirla, porque Dios nos creó con la capacidad de administrar nuestros valores internos para que los adaptemos de forma positiva al mundo exterior. Es la manifestación del amor de Jesucristo que aumenta nuestra luz interior, pero a nosotros nos corresponde discernir, porque para cada asunto hay un tiempo y un proceder.


Dios es un Dios vivo, portador de la paz, el orden, la verdad y la justicia. Es la fuente de la vida. El hombre, al alejarse de la verdad ha cooperado muy de cerca con el mal, alejando todo lo bueno; está a favor de la injusticia y el abuso de poder. El poder desmedido del hombre destruye el alma, pero el Poder de Dios destruye al hombre cuando vive con el corazón vacío. Ningún hombre que busque la verdad y ame a Dios, puede conformarse con la injusticia y permanecer indiferente ante lo que es mentira.

El momento cuando comienza la vida, pertenece a Dios, porque Él es el dador. Así como el nacimiento de un nuevo ser, cuando sale del vientre de la madre, la vida brota desde el interior. Nadie puede saber como es que crecen los huesos dentro de la mujer encinta, porque nadie puede observar el camino del Espíritu. Es el aliento de vida que luego se va escapando del ser humano poco a poco, a medida que se envejece, porque tenemos fecha de tiempo; es algo que no vemos cuando, ni como sucede, hasta que dejamos de existir, porque el Espíritu de Dios es el que da vida y también la quita.

El alimento es la principal fuente de evolución de la vida del hombre, y así como las plantas sin agua se secan y los peces no pueden vivir fuera de ella, la vida del hombre se apaga si no es alimentada con el pan espiritual; el pan de la vida que viene de Dios. La vida, así como el alma, son conceptos abstractos que pertenecen a Dios. Son bendiciones de la creación. La verdad y la vida se complementan entre si y forman una alianza.

Dependiendo de cómo este nuestra relación con Dios, encontraremos el camino para lograr el equilibrio entre la verdad y la vida. El hombre es medido de la cintura para arriba, a través de su corazón, sus pensamientos y los valores internos que le permiten adquirir los conocimientos en la vida, y lograr el desarrollo de la mente y el alma. Cuando el hombre es grande, puede ver las necesidades de sus semejantes, puede ver la verdad y reconocer lo falso; puede disfrutar de la vida, porque su ojo es bueno y es grande ante Dios; asimismo su galardón será grande en el Cielo.

Es muy importante saber la verdad con la que vivimos para descubrir y no alejarnos del fin para el que vivimos, que es la salvación del alma. Yo Soy El camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:4-6). Para juicio he venido a este mundo. Para que los que no ven, vean; y los que ven, sean cegados (Juan 9:39). Este es el verdadero significado de vida: encontrar el camino que nos conduce a la verdad para luego obtener la vida.

Los descubrimientos y avances científicos les han dado poder al hombre para evolucionar en el mundo, donde se practica la mentira. La fe en Dios, le da poder y sabiduría al hombre para descubrir la verdad, poniendo en prioridad los valores humanos otorgados por Dios, mediante los dones espirituales que todos tenemos y pocas veces desarrollamos porque depende de nuestro ojo, del alcance de nuestra visión del futuro.

El estudio de la ciencia y la investigación tendrán su fin, así como la mentira del hombre. La verdad saldrá a la luz en el tiempo del fin y reinará el amor y la justicia de Dios; vendrá lo que es perfecto para destruir lo imperfecto, pero el desconocimiento de la verdad no te libera de la culpa. La mentira genera dudas, y el que duda se siente inseguro porque la inseguridad es falta de fe, entre lo que se cree y lo que no se ve.

Dios es siempre veraz aunque todo hombre sea mentiroso; por eso sus juicios son verdaderos, sus atributos son invisibles, pero su poder y su divinidad son eternos y están muy por encima de la mentira del hombre. El escudriña el corazón de cada individuo y sus ojos contemplan toda la tierra. El hombre vive alejado de Dios, apartado de la verdad; por eso no encuentra descanso ni quietud durante la vida, vive atrapado en la red que los que practican el mal, han tejido.

Pronto nos encontraremos cara a cara con la verdad, pero tal vez sea tarde para rogar por la vida, Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más. Pero al que no tiene, aun lo que tiene, le será quitado (Mateo 13:12). Oiréis y no entenderéis. Mirareis y no veréis. Dios se refiere con esta parábola al entendimiento de su Palabra. En este tiempo, producto de la mentira del diablo, los seres humanos tienen las mentes cerradas y los corazones endurecidos; no oyen ni ven.

El amor de Dios se manifestó sobre nosotros, al enviar a su único hijo a este mundo para que vivamos por él. Todo aquel que no lo reconozca, no es de Dios, es del anticristo, que está en el mundo. El que tiene a Dios en su corazón, tiene la verdad y la vida. En el amor no hay temor, porque el temor ve a la muerte como un castigo. El amor es el vínculo de perfección entre Dios y el hombre. Esta es la autentica belleza de la vida.

El que no siente amor por Jesucristo está bajo maldición y bajo la condenación de la ley. ! El Señor viene, busca la verdad y libérate para que tengas vida!, porque, Por causa de los elegidos, el tiempo se abreviara”. La verdad es real, y viene del Rey!.

Nota: desde el 2012 he publicado cinco libros para la honra y gloria del Señor: Condenados por la amistad, Amor en su máxima expresión, Etapas finales del tiempo, La autentica belleza y Escalera al cielo. Si te interesa leerlos puedes adquirirlos en WWW.Lulu.com/elida-perez.



 

 

 

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