lunes, 29 de julio de 2013

LOS FALSOS MINISTROS


Cuando estamos caminando con Dios, Satanás se pone muy furioso y utiliza a cualquier persona para hacernos desistir de seguir a Cristo. Nos pone muchos obstáculos para hacernos caer y matar nuestras motivaciones  para trabajar en la obra del Señor. Digo esto, porque  las Sagradas Escrituras nos advierten de los falsos profetas, hombres que predican la Palabra de Dios y nos exhortan a buscar a Cristo, cuando por detrás, impiden que su obra se expanda. El Señor conoce todo antes de suceder y por eso nos advierte de que el camino para llegar a Cristo, está lleno de trampas, muchas veces provocadas por los mismos pastores de las iglesias donde Satanás  se sienta en primera fila.

Recientemente pude comprobar esto por mí misma, ya que el mismo pastor que dirige la iglesia de la cual soy miembro, prohibió durante una obra misionera que se distribuyera una literatura escrita por mí. Una literatura de motivación, inspirada en el versículo de Juan 14:4-6. Que nos invita a seguir a Jesús, ya que  Él es el camino, la verdad y la vida y nadie verá al Padre, sino es a través de Él. No me sorprendió mucho la actitud del pastor, porque no es la primera vez que rechaza algo que viene de Dios. También en el 2012, me prohibió dar el mensaje que Dios le envió a esa iglesia; un mensaje dirigido por el Espíritu de Dios donde nos llamaba al arrepentimiento, para que seamos salvados, ya que su venida está muy cerca. Nuestra voz no cuenta para el hombre, pero es muy importante para Dios, porque él siempre nos escucha y ve todo lo que hacemos, especialmente si le somos obedientes.

La mayoría de los pastores, solo defienden sus posiciones dentro de la iglesia y  respaldan a los que le son fieles al pastor y a la organización que los diriges. No son verdaderos exponentes de la Palabra de Dios, porque lo que confiesan con la boca, no lo creen en su corazón. No podemos idolatrar a los pastores, ni a los sacerdotes, ni a los papas, porque Jesucristo el Hijo y el Padre, son uno solo. Nuestra obediencia, adoración, fe, confianza, fidelidad y honestidad se la debemos a Cristo, ya que murió por todos nosotros para que seamos libres en todo el sentido de la palabra. Mi libertad es absoluta, y por es no desmayo en seguir mi misión. No importa cuántas veces traten de callarnos, debemos hablar y seguir adelante con los planes de Dios, venciendo las hostilidades que encontremos en el camino. Debemos estar firmes como soldados valientes del pueblo escogido.

No importa cuántas veces nos hagan desistir para que abandonemos continuar haciendo la voluntad de Dios. Cuando nuestros ideales están fundados en roca sólida, nadie puede derribarlos, porque están siendo dirigidos por la mano invisible de Dios y su gran Poder. Muchos seguidores de Cristo se rigen solamente por lo que el pastor dice y por las decisiones que toman. Pero no nos engañemos. No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos.  No todo el que habla de Dios es sincero, por eso hoy en día tenemos tantas iglesias, y la credibilidad en sus dirigentes se ha ido perdiendo. Predican en Nombre de Dios, pero le sirven al diablo. Que este no sea motivo para abandonar nuestra fe y perder la esperanza. Cuando apoyamos la mentira y solo hacemos lo que el hombre nos deja hacer, nos hacemos cómplices de ellos y nos comportamos como los fariseos, siendo hipócritas ante Dios.

En Cristo hay salvación y todavía está  enviándonos luz para que salgamos del error. Cristo no es solamente un asunto de religión, es básicamente nuestro amigo y su amor es infinito. Nunca miente, nunca engaña y es absolutamente fiel con todo aquel que desee seguirle. Nos derrama bendiciones sin que tengamos que pagar nada a cambio, porque ya el pago por nosotros. Las iglesias exigen diezmos y ofrendas para que Dios nos bendiga, pero debemos dar por convicción y hacer todo sin un interés personal, de acuerdo a como lo dicte el corazón. Cristo no necesita nada material de nosotros, porque Él es el dueño del oro, la plata y de todos los tesoros celestiales y terrenales. Todo lo que tenemos se lo debemos a Él, y solo nos pide que le entreguemos el alma. Es nuestro sustento y nuestra fuerza.

Debemos desarrollar una relación estrecha y personal con Jesús, para que derrame en cada uno de nosotros Su gracia redentora. Este trabajo no lo puede hacer ningún pastor, porque ellos solo buscan exaltar su propio Yo, y asegurar su posición dentro de la iglesia. Asegurar sus puestos, muchas veces para su  lucro personal, porque es su negocio. Tampoco esto nos debe desanimar, porque cada quien pagará por sus culpas y todo lo que hacemos saldrá a la luz. Debemos fijar nuestros ojos solo en Cristo, para que nos guie y nos dirija desde lo alto. No existe ningún hombre en esta tierra con la fuerza suficiente para desarmar a los verdaderos hijos de Dios, que no le temen a las adversidades. Debemos ser valientes en esta batalla. Marchemos adelante para alcanzar nuestras coronas celestiales y ser vencedores en el Nombre de Jesucristo. La salvación es individual y solo la otorga Dios. Animo!, que nuestra redención está cerca.
Nota: ya esta publicado mi libro: Escalera al Cielo, pueden adquirirlo en Lulu.com/Elida Perez.
 

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