domingo, 11 de marzo de 2012

CUIDANDO NUESTRO CUERPO



 

 
El cuerpo humano  está dividido en 12 sistemas: Esqueletal, Integumentario, Muscular, Nervioso, Sentidos Especiales, Circulatorio, Inmunológico, Respiratorio, Digestivo, Urinario, Endocrino y Reproductivo. Cada uno de estos sistemas debemos cuidarlo, para mantenernos saludables. Si descuidamos la salud de uno de ellos, los demás se verán también afectados.
Uno de los secretos para mantener el cuerpo sano, es la alimentación. Si nos alimentamos correctamente, como Dios nos ha indicado, tendríamos menos enfermedades y viviríamos a plenitud. Todas las enfermedades son el resultado de una mala alimentación. Las inflamaciones de nuestros órganos, son producto de lo que ingerimos. Por eso, las personas más longevas son aquellas que llevan una alimentación saludable, eliminando las comidas chatarras y muy cocidas. Los vegetales deben ser consumidos en su forma natural y no cocerlos demasiado para que no pierdan las vitaminas. De lo contrario no estaríamos llevando ningún nutriente al cuerpo.  Muchas personas piensan que las proteínas solo están en las carnes, ya sea roja o blanca, pero este es un concepto mal entendido. Los granos y las semillas tienen tantas proteínas como las carnes, así como algunos vegetales como por ejemplo, la berenjena.
Nuestro Padre Celestial, desde la creación  nos  indicó como debíamos alimentarnos. Prueba de esto lo podemos encontrar en Génesis 1:26-31. Fuimos creados para tener un cuerpo saludable y alimentarnos a base de semillas, plantas y frutas. Por eso es muy importante comer diariamente  frutas, verduras y vegetales, y eliminar  paulatinamente el consumo de carnes. En nuestros tiempos las carnes están muy contaminadas y rápidamente putrefacta y obstruye el buen  funcionamiento de los intestinos, afectando todo el organismo. Muchos animales comestibles son sacrificados para el consumo humano, aunque estén enfermos. La carne animal se comenzó  a consumir después del diluvio. Pero la Biblia nos aclara que no todos los animales son comestibles y limpios. No es pecado comer carne, pero hay ciertos animales que son considerados impuros para el cuerpo (léase Levítico 11).
Es muy importante aprovechar lo que la naturaleza nos brinda: El aire fresco, indispensable  para  la buena circulación. La luz del sol,  que nos provee la Vitamina D, y  además  nos ayuda  a mantener un buen ritmo cardíaco. El agua, vital  para el buen funcionamiento de todos los sistemas  del cuerpo. Hacer algún tipo de actividad física es elemental para obtener un buen descanso. Pero lo más importante para mantenernos saludables es: ELIMINAR LA CAFEINA, TABACO, ALCOHOL, LOS AZUCARES y TODO TIPO DE DROGAS. Es vital el descanso espiritual a través de la meditación y la oración, porque nos mantiene en paz con  nuestro creador DIOS, para cargarnos de nuevas energías.
Nuestro cuerpo es ‘EL TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO’, y como tal debemos cuidarlo. No solo contaminamos el cuerpo a través de la alimentación, sino también con nuestras faltas morales, con los vicios sexuales, los tatuajes y con todo forma de corrupción que adopte el ser humano. La pureza del cuerpo debe ser la misma por dentro y por fuera. El organismo reacciona de acuerdo a lo que ingerimos, pero nosotros actuamos y nos conducimos de acuerdo a lo que somos, y reflejamos en la sociedad. En definitiva Dios nos conoce a todos, no lo podemos engañar, porque su mirada está puesta en cada uno de nosotros.
Limpiemos y cuidemos el templo de nuestro cuerpo para que Cristo pueda morar en nosotros!.

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