El
cuerpo humano está dividido en 12
sistemas: Esqueletal, Integumentario, Muscular, Nervioso, Sentidos Especiales, Circulatorio,
Inmunológico, Respiratorio, Digestivo, Urinario, Endocrino y Reproductivo. Cada
uno de estos sistemas debemos cuidarlo, para mantenernos saludables. Si
descuidamos la salud de uno de ellos, los demás se verán también afectados.
Uno
de los secretos para mantener el cuerpo sano, es la alimentación. Si nos alimentamos
correctamente, como Dios nos ha indicado, tendríamos menos enfermedades y viviríamos
a plenitud. Todas las enfermedades son el resultado de una mala alimentación.
Las inflamaciones de nuestros órganos, son producto de lo que ingerimos. Por
eso, las personas más longevas son aquellas que llevan una alimentación
saludable, eliminando las comidas chatarras y muy cocidas. Los vegetales deben
ser consumidos en su forma natural y no cocerlos demasiado para que no pierdan
las vitaminas. De lo contrario no estaríamos llevando ningún nutriente al cuerpo.
Muchas personas piensan que las proteínas
solo están en las carnes, ya sea roja o blanca, pero este es un concepto mal
entendido. Los granos y las semillas tienen tantas proteínas como las carnes, así
como algunos vegetales como por ejemplo, la berenjena.
Nuestro
Padre Celestial, desde la creación nos indicó como debíamos alimentarnos. Prueba de
esto lo podemos encontrar en Génesis 1:26-31. Fuimos creados para tener un
cuerpo saludable y alimentarnos a base de semillas, plantas y frutas. Por eso
es muy importante comer diariamente
frutas, verduras y vegetales, y eliminar
paulatinamente el consumo de carnes. En nuestros tiempos las carnes están
muy contaminadas y rápidamente putrefacta y obstruye el buen funcionamiento de los intestinos, afectando
todo el organismo. Muchos animales comestibles son sacrificados para el consumo
humano, aunque estén enfermos. La carne animal se comenzó a consumir después del diluvio. Pero la Biblia
nos aclara que no todos los animales son comestibles y limpios. No es pecado
comer carne, pero hay ciertos animales que son considerados impuros para el cuerpo (léase Levítico 11).
Es
muy importante aprovechar lo que la naturaleza nos brinda: El aire fresco,
indispensable para la buena circulación. La luz del sol, que nos provee la Vitamina D, y además
nos ayuda a mantener un buen
ritmo cardíaco. El agua, vital para el
buen funcionamiento de todos los sistemas
del cuerpo. Hacer algún tipo de actividad física es elemental para
obtener un buen descanso. Pero lo más importante para mantenernos saludables es: ELIMINAR LA CAFEINA, TABACO, ALCOHOL, LOS
AZUCARES y TODO TIPO DE DROGAS. Es vital el descanso espiritual a través de la meditación
y la oración, porque nos mantiene en paz con
nuestro creador DIOS, para cargarnos de nuevas energías.
Nuestro
cuerpo es ‘EL TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO’, y como tal debemos cuidarlo. No solo
contaminamos el cuerpo a través de la alimentación, sino también con nuestras
faltas morales, con los vicios sexuales, los tatuajes y con todo forma de corrupción
que adopte el ser humano. La pureza del cuerpo debe ser la misma por dentro y
por fuera. El organismo reacciona de acuerdo a lo que ingerimos, pero nosotros
actuamos y nos conducimos de acuerdo a lo que somos, y reflejamos en la
sociedad. En definitiva Dios nos conoce a todos, no lo podemos engañar, porque
su mirada está puesta en cada uno de nosotros.
Limpiemos
y cuidemos el templo de nuestro cuerpo para que Cristo pueda morar en
nosotros!.
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