domingo, 11 de marzo de 2012

FUGITIVO DEL ALMA







Hola! amiga de mi infancia, finalmente te encontré. Me  tardé  en  localizarte,  pero  hoy ya  lo logré. En mi  vida hiciste  falta,  tu  presencia  extrañé, déjame  que  te explique   el  por qué  me  dilaté:  Con el tiempo he crecido, pero nunca te olvidé. Te he buscado en todas partes, la dirección  extravié, caminé por mucho tiempo, otras tantas  pregunté. Nadie   pudo explicarme,  y  fui perdiendo  la fe. Necesitaba   encontrarte  y  volver  a  renacer.

He enviado muchas cartas y también muchos e-mails, ninguno contestados, devueltos los
encontré. Pregunté por ti en la radio y también en  internet. Busqué tu fotografía, la mostré en la TV, la esperanza abrigaba de encontrarte otra vez, despertaba sollozando, de tus manos me solté. Fui buscando por tu Nombre que por fortuna guardé, nadie lo conocía, solo yo lo conservé. Los caminos se cruzaron y nunca me percaté, no hay peor castigo que estar viviendo sin fe.

Muchas veces he soñado, muchas veces desvelé, anhelando volver a verte por tan solo una vez. Estaba cansado y herido casi al desfallecer, humilde y arrepentido mis pecados confesé, perdona por favor te pido,  desesperado imploré. Las veces que me hablaste, la atención yo  no presté. Otras veces tuve frio, tuve hambre y tuve sed, aunque tú me socorriste yo no te podía ver. Viví errante y fugitivo alejado de la fe, en el fondo sumergido y atrapado en una red.

Recorrí muchos caminos, entre tus huellas busque, con mi necedad y olvido, todas, todas  las  borré, reconozco  fue  un castigo, que tenía que merecer, por  apartarme del camino que debía recorrer, toda “Gracia” he perdido,  por  mi terco  proceder. Esculcando en mis recuerdos,  una oración  elevé, que  en mi  mente  repetía   una  vez y otra vez. Dame una señal que existe!, deseo volverte a ver!. Padre!, cerrando los sentidos, mi ceguera provoqué. Fue mi culpa, yo falté, con dolor exclamé!.

Gracias Señor te digo por hacerme comprender, tu lugar ha sido el mismo, pero yo te descuidé, no quiero tus caminos nunca de nuevo  perder, obedeciendo el  mandato de cumplir toda tu Ley. Aguardando con paciencia que me venga a recoger, te prometo a ti,  mi Alma, que ahora cuidaré. Me  arrodillo  Padre mío  implorándote  perdón, necesito  estar contigo y recibir  tu  protección. Bendice toda mi vida te ruego con devoción, no quiero equivocarme y volverme a perder. Negarme así el privilegio de  la  Gloria conocer. Quiero morar  contigo en  un  Nuevo amanecer!.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario