miércoles, 2 de octubre de 2013

LOS DOS REINOS


                                                 LOS DOS REINOS

El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, y se le permitió vivir en la tierra por un tiempo determinado de aproximadamente 120 años, que no todos llegamos a completar. Este decreto fue dado por Dios después de la destrucción de la tierra con el Diluvio universal, donde solamente se salvaron 8 personas. Hemos ido evolucionando de generación en generación, lo que ha formado la humanidad, y desde entonces, las grandes verdades reveladas en la Biblia han caído en el olvido. Pero hay dos partidos en el conflicto que se libra en este mundo, el de Dios y el de Satanás. Uno representa el bien y el otro el mal. El partido que siguen los justos, o los que hacen el bien amando a su prójimo como nos manda Dios, son los que heredarán el reino celestial, y los que hacen el mal y son seguidores de Satanás, son los que representan el partido de izquierda y  viven en el reino terrenal de acuerdo a las leyes de los hombres. El factor principal que indica a cuál de los dos partidos pertenecemos y que determina la diferencia entre ambos, es la forma en que se adora y servimos a Dios, porque es indispensable la obediencia absoluta a su Ley, Sus Mandamientos y Preceptos.
La desobediencia a Dios fue lo que hizo que nuestros primeros padres pecaran. Satanás tentó a Eva al hablarle en forma de serpiente, y ella creyó lo que le dijo, desobedeciendo a Dios; por esa razón Dios maldijo a la serpiente entre todas las bestias y todos los animales del campo. Hubo una gran guerra en el cielo y Satanás fue expulsado del Cielo junto con algunos ángeles que le seguían y vino a la tierra a sembrar el mal, y desde entonces siguen existiendo las mismas condiciones. El partido de Satanás ha crecido y día a día trata de conquistar y convencer a través de engaños, a todos los que no aman y obedecen al Señor. A todos los que no sienten interés en conocer las grandes verdades reveladas en las Sagradas Escrituras. La primera guerra comenzó en el cielo y continúa en la tierra, donde la serpiente antigua se ha convertido en Diablo y Dragón. Esta es la bestia que aparece en el libro de Daniel y Apocalipsis.
Caín y Abel fueron los primeros descendientes de Adán y Eva, y todos conocemos la historia: Caín se dedicó al mal, desobedeciendo a Dios al  darle una ofrenda que no fue agradable al Señor y Abel, obedeció al Señor, rindiéndole un holocausto vivo como el Señor le había dicho. Esto enojó a Caín y asesinó a su hermano, siendo el primer crimen que registra la historia. Cuando Dios maldijo a la serpiente le dijo: “pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón”. La mujer representa el pueblo de Dios (la iglesia en nuestros tiempos). Claramente podemos entender que entre el pueblo de Dios que representa la mujer, y la serpiente que representa a Satanás, hay enemistad, lo que significa guerra, porque el bien y el mal no pueden estar juntos. Los que están del lado de Satanás son llamados “Hijos del hombre”, y los que están del lado de Dios son llamados “Hijos de Dios”, por eso no todos somos hijos de Dios como muchos creen. Todos somos descendientes de Abrahán, a quien Dios llamó y le pidió que dejara su país y se dirigiera a una tierra que le había de mostrar, prometiéndole que haría de  él una gran nación. Fue llamado por Dios “padre de multitudes”. Abrahán obedeció al Señor y salió dejando su tierra sin saber a dónde iba. El lugar donde debía instalarse era la tierra de Canaán, donde Abrahán y sus descendientes adoraron exclusivamente al Dios viviente.
El partido del dragón, cuyos seguidores eran conocidos como caldeos, habitaba en la ciudad de Ur de los caldeos, y su capital era Babel. Este pueblo era pagano, lo que luego se convirtió en la ciudad de Babilonia. Allí se adoraba el sol, la luna y se veneraba a Baal, lo que formó la falsa religión pagana en el mundo. El paganismo ganó terreno entre los que practicaban la verdadera religión, porque muchos continuaron adorando a los Baales, lo que dio origen a una lucha constante entre los que servían a Dios y los que servían a los dioses paganos.  Con el correr del tiempo el paganismo se extendió de una nación a otra: Babilonia, Medo Persia, Grecia y Roma, envolviendo  al mundo entero en un total oscurantismo de la verdadera Ley de Dios. Roma pagana, gobernada por los emperadores se convirtió en Roma papal y es la que tiene el control de la religión en el mundo moderno que vivimos, hasta que se cumpla el tiempo establecido por Dios, donde El vencerá al Dragón y/o la bestia de Apocalipsis, para poner fin a la maldad, el pecado y destruir la muerte.
El partido de Satanás ha desarrollado su poder en el reino terrenal bajo un disfraz llamado cristianismo. Muchas de las doctrinas cristianas verdaderas, han sido cambiadas por los conceptos paganos. El hombre vive y actúa de acuerdo a lo que tradicionalmente hace y enseña  la iglesia católica, apostólica y romana y no sigue las enseñanzas de Jesús reveladas en la Biblia. Muchos son cristianos por tradición y no por convicción. Por eso dice la Palabra de Dios: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento”. Entre otras cosas, una costumbre pagana que persiste en el mundo de hoy, es la de celebrar culto a Dios los domingos. El cristianismo romano adoptó esta falsa doctrina, porque en la antigüedad se adoraba al sol como a un dios, por eso el cuarto Mandamiento de la Ley de Dios dice: “Acuérdate del día sábado para santificarlo…..”, pero fue cambiado por el domingo. En la actualidad el cuarto mandamiento  adoptado por roma y enseñado al mundo, simplemente dice: “santificar las fiestas”. El falso sistema del partido de Satanás, sigue dominando al mundo y tiene cegado a muchos que se consideran cristianos. Cada día la lucha será más intensa, porque el Diablo seguirá declarándoles la guerra a todos los que guardan los Mandamientos de Dios y esperan la segunda venida de Jesucristo. Finalmente también se volverá contra sus mismos seguidores para destruirlos antes de que Cristo venga, porque él no se quiere quemar solo, cuando la ira de Dios sea desatada y él sea reducido a cenizas, por eso busca constantemente a quien devorar.
Dios es claro en su Palabra, y nos previene de lo que sucederá  al final del tiempo: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen y recibe la marca en su frente o en su mano, el también beberá del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira. Y será atormentado con fuego y azufre ante los santos ángeles y ante el Cordero”. No podemos olvidar que Cristo venció la muerte, ascendió a los cielos, y prometió que volvería. Si no hubiera resucitado, no tendríamos esperanza, pero resucito al tercer día como estaba escrito, y está sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros en el Reino Celestial. Estamos siendo juzgados en el Tribunal Supremo Celestial, y Cristo es nuestro Juez. No debemos seguir viviendo en las prácticas paganas, creyendo que adoramos a Dios, pero bajo las reglas del paganismo del partido de Satanás. La Palabra de Dios es fiel y verdadera, nunca cambia, y la Biblia no se contradice. Lo que está escrito se cumplirá. Cristo volverá muy pronto en Gloria y Majestad y el gran conflicto de la tierra  llegará a su fin, porque sin lugar a dudas Dios ganará la batalla y todos los que hemos confiados en la Palabra de Dios, seremos victoriosos en el Reino Celestial.
La bestia, el Diablo, el Dragón, la serpiente y Satanás, que todos ellos representan el mal, porque engaña a través de la mentira, será destruida para siempre. El lugar donde habita el falso profeta que dice ser el representante de Dios y que tiene poder hasta para perdonar los pecados, también será destruido junto con aquellos que a través de la historia del tiempo lo siguieron. El poder papal no existirá más, porque nadie puede blasfemar y usurpar el nombre del Hijo de Dios, ni querer ocupar su lugar sin recibir castigo.  Estamos viviendo un cristianismo que tiene influencia a nivel mundial, pero es un cristianismo papal, donde se venera y se le rinde reverencia al santo padre, un hombre de la tierra, y no al Santo Padre que es Dios. El Señor está enviándonos señales constantemente para que salgamos  de la ignorancia y busquemos la verdad. Mientras Satanás sigue haciendo campaña para atrapar a todos los que pueda y aumentar su partido, Dios nos envía señales de que el fin está cerca, de que debemos reconocer que el tiempo pronto detendrá su veloz camino. El arrepentimiento es lo único que nos puede salvar.

No importa los esfuerzos que hagan los gobiernos por estabilizar el mundo, todo lo que nos acontece es profético y no existe nadie que pueda luchar contra Dios. Solamente tenemos que observar todos los desastres naturales que suceden a diario alrededor del mundo, el alto índice de criminalidad, inmoralidad, violencia, etc. Por medio de la televisión, periódicos, radio, e internet solo recibimos vientos de guerra y sucesos alarmantes. En resumen, todos los Mandamientos de Dios se han violado, porque no practicamos ninguna virtud. El partido de Satanás esta reinando en la tierra, como resultado de los esfuerzos hechos por él, para que el hombre desobedezca a Dios.
Los vaticinios divinos tienen una exactitud absoluta, porque las profecías Bíblicas nunca fallan. Dios en su infinita misericordia nos revela todo lo que ha de suceder pronto, y aunque no nos da fecha exacta, nos da señales de tiempo y detalles específicos de cómo será el fin para que estemos preparados. Nos brinda la vida eterna en el reino celestial para los justos, y la condenación eterna terrenal para los impíos y seguidores del partido de izquierda. Es evidente que Cristo ganará la batalla y su pueblo será redimido. La iglesia católica llama a los que no seguimos sus doctrinas, “hermanos separados”, pero somos hermanos en Cristo todo aquel que hace la voluntad del Padre, le rinde reverencia y  adoración,  venera su Santo Nombre, cumple Sus Mandamientos y obedece Su Ley. Esto es lo que nos identifica como hermanos de Cristo y serán los herederos del reino en  la Santa Ciudad, la Jerusalén Celestial. Debemos desarrollar una relacion con Dios, no con la iglesia, porque ninguna religion nos puede salvar. Es bueno congregarnos para adorar al Señor, pero en una iglesia que sus doctrinas esten basadas en lo que dice la Biblia.
El mundo está sumido en una ola de temor, viviendo a la expectativa de lo que sucederá mañana. Vivimos en la inseguridad, sin saber cómo hacer frente a los constantes problemas que nos agobian: enfermedades, contaminación, falta de trabajo, alimentación, vestimentas, inesperados desastres naturales, etc. Los gobiernos ejercen cada día mas poder sobre los seres humanos, imponiendo restricciones y penalidades que nos van llevando a la desesperación y a la privación de la libertad. Todo esto nos revela que estamos viviendo en el cumplimiento de la última profecía y el mensaje del tercer ángel de Apocalipsis 14. Dios nos ha dado en detalle, como será identificado Su pueblo escogido y  la marca que llevarán los seguidores de Satanás. También nos dice que este entendimiento requiere sabiduría y se refiere a la segunda bestia que obliga y engaña. Apocalipsis 13 nos da claramente el número de la bestia que es 666, que es la marca, nombre, y número de hombre. Es de todos conocido que el nombre, o número de hombre  a que se refiere la Biblia es: “Vicarius Filii Dei”, que quiere decir “representante del Hijo de Dios”, lo que es igual a representante de Cristo en la tierra, y en números romano es igual a 666. Este es el nombre que han llevado todos los papas a través de la historia, los que en la actualidad suman 266.
No significa que literalmente se nos pondrá el número 666 en la frente o en la mano, porque Dios sellará y defenderá a su pueblo de manera invisible, a todo el que no acepte el último decreto papal que marcará el fin de la humanidad y la pronta llegada de Jesucristo. Pero es un dato irrefutable para que podamos entender a quién corresponde la marca. El reinado del papado en la tierra es temporal, como lo es la vida de todos nosotros, porque lo único que es eterno es Dios que habita en el reino celestial, y será herencia para los justos que aman y esperan al Señor. Todos los que se consideran cristianos deben amar y obedecer a Dios antes que a los hombres. El papa no tiene autoridad ni poder ante Dios para modificar, alterar, cambiar e interpretar las leyes divinas, porque la Biblia es clara y se explica a sí misma. Solamente necesitamos poner nuestra voluntad a la disposición del Creador y pedir la dirección del Espíritu Santo.
Así dice el Señor: Yo, Jesús, os envié mi ángel con este testimonio para las iglesias. Yo Soy la Raíz y el Descendiente de David, la radiante Estrella de la mañana. “Advierto a todo el que oye las Palabras de la profecía de este libro (la Biblia): Si alguno le añade algo, Dios traerá sobre el las plagas escritas en este libro (la Biblia). “Y si alguno quita algo de las Palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del Libro de la Vida y de la Santa Ciudad que se describen en este libro (la Biblia).” La Ley fue escrita por el dedo de Dios, y es imposible modificarla como lo ha intentado la iglesia católica. Aunque el reino de la tierra actúa por encima de la Ley de Dios, no podemos darle veracidad y reconocer el poder papal como fiel a Dios, porque estaríamos actuando en contra de las Sagradas Escrituras. El domingo, como el día de reposo que santificó roma, no está registrado en la Biblia. No existe la palabra domingo en toda la Biblia, lo que confirma que esta osadía fue obra de los antiguos emperadores romanos y  que la iglesia católica romana ha seguido guardando por tradición, ocultando la verdad. El primer día de la semana es domingo y Cristo nos manda guardar el sábado, que es el séptimo día.
Podemos buscar en el Antiguo y Nuevo testamento y no encontraremos nada de lo que la iglesia católica ha sostenido; de hecho el sábado se seguirá guardando por la eternidad, porque fue santificado durante la creación. La obediencia a Dios es lo único que nos salvará. Escuchemos al Señor y no nos dejemos llevar por lo que dicen los hombres. No actuemos como Eva que escuchó a la serpiente  y le creyó a ella más que a Dios. Permanezcamos en el amor de Cristo guardando sus Mandamientos para poder llegar al Reino de los Cielos. Identificar al dragón/bestia disfrazado de santo, es cuestión de vida o muerte. La Biblia nos describe el anticristo que está en el mundo y el reinado de la última bestia: Una gran ramera está sentada sobre esa bestia, vestida de purpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas. Y en su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación. “Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y sus habitantes se han embriagado con el vino de su fornicación”. “Porque Dios ha puesto en sus corazones ejecutar lo que él quiso, es a saber ponerse de acuerdo y dar a la bestia el poder de reinar, hasta que se cumplan las Palabras de Dios. “Y la mujer que viste es aquella gran ciudad que impera sobre los reyes de la tierra”.
Claramente roma queda identificada y también el anticristo. La victoria final será de Jesucristo, porque “Pelearán con el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles” (Apocalipsis 17-14). Esperemos recibir nuestra recompensa como ha prometido el Señor: “Yo vengo pronto y mi galardón conmigo, para dar a cada uno según su obra. “Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Primero y el Último. El que es, el que era y que ha de venir, el Todopoderoso”. Así dice 1 de Pedro 4-11: Si alguno habla, hable conforme a las Palabras de Dios. Si alguno ministra, ministre conforme a la virtud que da Dios, para que en todo él sea glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. ¡”Dichosos los que guardan sus Mandamientos, para que tengan derecho al árbol de la vida, y entren por las puertas en la ciudad!”. El Reino de Dios será nuestra eterna morada. Aleluya!

 

 

 

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